Edwin Cardona visto a través de los ojos del DT que lo formó
El técnico Felipe Merino habló con As Colombia sobre el presente y el proceso de formación del volante paisa, que reemplazaría a James Rodríguez hoy ante Perú.
El balón lo buscó por primera vez en Belén Buenavista, un barrio popular de Medellín. Inspirado por su padre, quien estuvo cerca de ser profesional, Edwin Cardona decidió que él sí viviría de hacer fintas, de gambetear y de marcar golazos. "Yo algún día voy a estar en esa cancha", le decía a sus amigos cuando iba al Atanasio Girardot a ver a Aldo Leao Ramírez y a Camilo Zúñiga.
De un equipo de barrio saltó a Campoamor para jugar el Ponyfútbol, ese torneo infantil que ha visto nacer a héroes de la Tricolor como Falcao García, James Rodríguez, David Ospina y Jackson Martínez, entre otros. Esa vitrina la aprovechó y cumplió el sueño de llegar en el 2005 a las divisiones inferiores del club verdolaga.
"Edwin llega a la sub-13 de Atlético Nacional, a la cancha de la Colombiana de Tabaco, recomendado por el profesor Eladio Tamayo. Él hace una semana de prueba y demuestra mucha habilidad con la pelota y mucha personalidad para su edad", relató Felipe Merino, el DT que logró pulir un diamante en bruto que llegó a sus manos con 12 años.
De entrada impactó: "Era un muchacho muy delgado, que demostró mucho dominio del puesto de volante creativo". Según el DT, ese niño espigado ofrecía además de una "buena pegada, un buen dribling y posibilitaba la circulación del balón".
Cardona, uno de esos talentos incomprendidos y a veces díscolo, le cambió los planes –siendo un niño– a los entrenadores, que a esa altura ya tenían definido cuál sería el creativo de esa categoría.
"La anécdota es que en esa categoría el que llegaba casi fijo para ese puesto era Jhon Stefan (Medina), a quien terminamos ubicando de defensa. Así le abrimos espacio a Cardona en Nacional", le dijo Merino a AS Colombia.
Junto a jugadores como Medina, hoy su compañero en el club mexicano Monterrey, y Daniel Santa, el antioqueño empezó su proceso como verdolaga. Superó todo. Incluso las dificultades económicas y los desafíos de vivir en un barrio difícil de la ciudad.
En una bicicleta llegaba a entrenar, y poco a poco su progreso lo llevó a ser figura con la Selección Antioquia. El 'Gordo', como lo llaman sus amigos en Nacional, a sus 15 años salió campeón con su categoría e hizo todo el ciclo en las selecciones Colombia, con técnicos como Ramiro Viáfara y Eduardo Lara.
Por "cosas del destino", el creativo estuvo bajo la dirección de Merino por tres años, en los que dio "excelentes resultados" y se dio un proceso de "especialización" para Edwin. Hubo cosas por corregir y desde esa época empezó un trabajo en lo psicológico para moldear el carácter de un jugador que ya tenía destellos de crack.
"Encontramos muchas virtudes en Edwin, pero tenía una dificultad técnica en el cabezazo. En lo que más pudimos aportar fue en el mejoramiento de su carácter y en la canalización de las emociones en la competencia", detalló el formador de Cardona, quien hoy podría jugar su primer partido en las Eliminatorias Sudamericanas.
Mientras Cardona fantaseaba con ser Ronaldinho o Kaká, sus mayores inspiraciones, el técnico Luis Fernando Suárez lo hizo debutar con 16 años como profesional en 2009 frente América, club al que meses más tarde le marcaría su primer gol.
Ramón Cabrero y José Fernando Santa fueron testigos del despegue del hombre que más tarde Juan Carlos Osorio 'rescataría' para darle la '10' de Atlético Nacional. Todo ese proceso se dio bajo la supervisión de Merino, quien en ese 2009 fue el asistente técnico del plantel profesional.
"Tuve la fortuna de alinearlo en dos partidos que dirigí como interino. Eso para mí es un grato recuerdo y demostración de que, como Edwin, quien entrena con devoción y potencializa su talento con disciplina, definitivamente triunfa", contó Merino, quien continúa su carrera en Estados Unidos.
Durante dos años, Cardona tomó el cielo con las manos. Llenó la retina del hincha y hasta conquistó un título. Vinieron las polémicas. Falló, cayó, peleó. Su peso también fue un problema. 'Sachi' Escobar no lo tuvo más en cuenta, y cuando llegó a Santa Fe en 2011 dijo que Nacional lo había "traicionado".
Tuvo chispazos. Momentos de calidad con el equipo que entonces dirigía Wilson Gutiérrez. De nuevo supo lo que era ser campeón. Pasó a Junior y allí recuperó protagonismo y superó parte de los fantasmas del pasado a punta de esa rebeldía que lo hace encarar, buscar el arco y clavar el balón, como lo hizo en su último partido con Monterrey ante de unirse al equipo de José Pékerman.
"Desde pequeño demostró que no solo es talentoso sino también que es el fruto de una gran visualización de objetivos, constancia, esfuerzo y de la capacidad que tiene de superar las dificultades que esta carrera lleva", expresó Merino sobre su pupilo.
Osorio lo trajo a casa en 2014. Edwin correspondió no sin antes decir que haberse ido de Nacional "fue un error". Después de haber sido por tercera vez campeón, de echarse al hombro al equipo de sus amores y de mostrar todo su potencial en torneos internaciones, el papá de María Ángel y Emiliano cumplió el sueño de jugar en el exterior.
No fue fácil su despegar en el fútbol mexicano. Eso lo atormentó porque a esa altura ya había conseguido como verdolaga entrar en el mapa de Pékerman. El anhelo de estar en la Selección Colombia se veía amenazado.
Según Merino, estar rodeado por sus seres queridos de nuevo fue la fórmula para encarrilarse y explotar en un equipo lleno de colombianos a los no les fue muy bien. Ha sido clave "el acompañamiento cercano de sus familiares durante todo el proceso de formación, y profesional lo han apoyado y entendido", dijo el DT.
Ya con una Copa América encima y con la sensación de que aún no ha explotado completamente con la Selección, hoy está a puertas de vivir uno de los momentos más importantes de su carrera. Ante la ausencia de James Rodríguez, el 10 del Real Madrid, Cardona se perfila como titular frente a Perú en el inicio de las Eliminatorias.
Merino no sabe qué pasará esta tarde en el Metropolitano. Solo sabe que ese volante que lo conquistó con su pegada y dribling siendo un niño, está condenado al éxito.
"Edwin está triunfando y con certeza lo seguirá haciendo hasta el punto de consolidar su juego en la selección de mayores. Lo que hoy hace nos llena de orgullo a todos los que lo tuvimos de chico. Y conociéndolo seguirá demostrando su talento", puntualizó su formador.