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Especial AS

En defensa del superclásico “Boca Juniors-River Plate”

Boca y River, con el colombiano Teo Gutiérrez a bordo, jugarán otros dos superclásicos por un cupo a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Periodistas, ex jugadores e hinchas, opinan por qué pese a las urgencias del fútbol, sigue siendo uno de los duelos más importantes del mundo.

Bogotá
Boca ganó 2-0 el último superclásico por la liga local.
Boca ganó 2-0 el último superclásico por la liga local.GUSTAVO ORTIZDIARIO AS

Cualquier persona que pise Argentina sabe que sus habitantes presumirán de haber inventado tres cosas: los lapiceros (nuestros esferos) el dulce de leche (nuestro arequipe) y la pasión por el fútbol. Esta última tiene una de sus máximas manifestaciones en el sentimiento que expresan cada vez que juegan Boca Juniors y River Plate.

Desde 1913, cuando disputaron su primer partido, decretaron los mandamientos para jugar, que además de pasión en la tribuna, exigen honrar la camiseta con fútbol, coraje, actitud y gambetas. Sin embargo, el fútbol frenético que reclama resultados inmediatos por encima del buen juego, le quitó el brillo de otras épocas y entregó esa percepción de un duelo más luchado que jugado.

Así lo advierte en diálogo con AS Colombia Diego Latorre, quien los protagonizó en los noventa y ahora, a veces los comenta para la televisión.

“Los superclásicos están llenos de tensión, de mensajes en contra del buen juego y que vuelven mucho más tóxico el partido. Lo tiñen de vida o muerte, fracaso o éxito y esos dos grandes polos influyen para que el jugador arriesgue y disfrute menos. Eso no es aconsejable para un partido de tal magnitud”, dice.

Una alerta que sirve para revalidar el aporte de este superclásico en el fútbol mundial…

Superclásico

Esta definición para el partido más importante del fútbol argentino nació mucho antes de los cubrimientos periodísticos de los canales de cable que hacen un minuto a minuto con anticipación. Así lo llamó el periodista Juan José Lujambio en 1965. Según le contó al diario La Nación de Buenos Aires, "se hablaba del clásico de los clásicos. La palabra súper sonaba algo diferente y por eso se me ocurrió agregársela a clásico. El nuevo sustantivo se extendió a los más grandes enfrentamientos del mundo: Peñarol-Nacional; Cerro Porteño-Olimpia y Real Madrid-Barcelona"

Grandes jugadores y campeones del Mundo como Amadeo Carrizo, Alfredo Di Stéfano, Diego Maradona, Ubaldo Fillol, Mario Kempes Daniel Pasarella, Juan Román Riquelme, Javier Mascherano, Carlos Tévez, lo jugaron.

Además tiene gran identificación en Colombia porque fueron protagonistas Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez, “Chicho” Serna, Fabián Vargas, Mario Yepes, Juan Pablo Ángel, Falcao García y ahora Teo Gutiérrez.

“El que más recuerdo es en el que Martín Palermo regresa a las canchas por los cuartos de final de la Copa Libertadores del 2000 y convierte el tercer gol en los minutos finales. Ese en lo personal es especial, por todo lo que hizo Martín para estar, justo en ese partido, justo con ese rival (Boca ganó 3-0 y quedó campeón)”, explica Oscar Córdoba, ex portero de Boca Juniors.

Su importancia en el mundo

En defensa del superclásico “Boca Juniors-River Plate”

La supremacía del Barcelona-Real Madrid le ha quitado el protagonismo de otras épocas en el plano internacional. Se hace difícil competir en calidad cuando de lado y lado están Lio Messi, Cristiano Ronaldo, Iker Casillas, James Rodríguez, Andrés Iniesta, Neymar y Luis Suárez. Pero aún así, se mantiene como patrimonio universal futbolero.

“El Boca-River es importante porque es un clásico que tiene una tradición notable no sólo para el fútbol argentino sino mundial. En los últimos tiempos el clásico del mundo es el Barcelona-Real Madrid, pero eso va cambiando, antes no lo era. Di Stéfano siempre decía, ‘nuestro clásico siempre fue el Atlético’, después decayó, subió el Barcelona y se han convertido en dos equipos poderosos. En los ochenta era Inter-Milan, pero el fútbol italiano está mal, lo mismo pasa con el fútbol inglés con Liverpool – Manchester United”, explica el periodista argentino Jorge Barraza, que hace parte del equipo de comunicaciones de la Conmebol.

Los apellidos pesados que integraban las formaciones también son cada vez más escasos. La migración de figuras hacia Europa, afectó la calidad del juego, como lo asegura Gabriel Briceño, periodista colombiano e hincha de River Plate. “Las grandes figuras ya no están, quedan muy pocas como Teo en River y eso hace que pierda un poco de impacto pero en un momento volverá a trascender porque en Argentina el fútbol tiene un sentido más apasionante”.

Jorge Patiño, también es seguidor de River. Para él su aporte al fútbol tiene que ver con que es “la expresión más genuina de la acepción de un clásico: historia, antecedentes, cercanía geográfica, con argumentos que sustentan la rivalidad. El sentimiento con que se juega y se acompaña es el mejor ejemplo de la forma en que los latinoamericanos vivimos el deporte: pasión y extremos”.

¿Está devaluado?

Una de las críticas que más recibe el superclásico tiene que ver con que muchas veces las horas y horas de información que acaparan los espacios de prensa deportiva, no se reflejan con lo que pasa en el campo de juego. Se le acusa de ser un partido devaluado al que sólo le sobrevive la fama del pasado. El técnico de Millonarios, Ricardo Lunari lo defiende.

“No está devaluado. Si ponen 1 millón de entradas las venden. Se paraliza el país. Por ejemplo, en los que vienen por Libertadores, los hinchas de Boca están con miedo de perder con River que entró como en puesto 16 a los octavos. Por más que no estén las grandes figuras de otra época, siempre va a ser un clásico demasiado lindo, aunque jueguen las reservas se paraliza toda la Argentina”.

Barraza sostiene que está lejos de estar devaluado. “No me parece que esté devaluado para nada. Acá se vive con una gran pasión, si hubiera una cancha para 200 mil personas se llenaría y los dos son equipos fuertes, cualquiera de los dos que gane va a ser protagonista de la Copa, aunque después tenga que enfrentar a rivales muy fuertes como lo son los brasileños”.

La trilogía de defensa se completa con Claudio Coronel, director de contenidos on line para FOX Sports de Latinoamérica. Para él, el valor del superclásico va más allá del sentido futbolístico. “La expectativa no es solamente de ver a los mejores jugadores del fútbol local sino que todo lo que engloba un superclásico, donde todo se potencia. No es devaluado porque estamos hablando de los dos punteros del campeonato local y en lo que hace a la Libertadores a dos equipos que en la previa son candidatos a ganarla. Boca fue el mejor de todos en la zona de grupos y River es el campeón de la Copa Sudamericana.

Los que vienen

En las próximas dos semanas definirán uno de los cupos a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Primero en el estadio Monumental y después en La Bombonera. El pasado domingo, jugaron por el torneo local con victoria de Boca 2-0 como local. El resumen lo sintetizó Juan Pablo Varsky, comentarista de Direc TV en su cuenta de Twitter.

“El programa piloto fue de a ratos entretenido, pero no alcanza para trilogía inolvidable. La Copa promete intensidad y emoción. ¿Y juego?”

¿Qué esperar en los partidos que vienen?

Córdoba, comenta que “es uno de los más esperados de los últimos años. Tiene a un River que aunque no está jugando bien, es el último campeón de la Sudamericana y esos son elementos que hacen que no Boca no deba descuidarse “.

Latorre considera “que los dos equipos tienen muy buenos entrenadores y muy buenos jugadores para hacer un buen partido; siempre y cuando prevalezcan las ganas de jugar, la forma de desarrollar el juego y no el miedo por no perder y la tensión que genera estar ahí y saber que tienes mucho para ganar pero también para perder”.

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Por estos días, el superclásico toma impulso desde el fervor de su hinchada. Un sello que lo hace único en el mundo. “Es partido clásico donde hay muchísima pasión y eso no lo van a encontrar en ninguna parte, ni siquiera en Real Madrid-Barcelona. Eso se siente en la cancha, se traslada al jugador”, concluye Barraza.

Este sí es un gran invento con sello argentino. Y se nota.