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REFORMA LABORAL

Reforma laboral: ¿por qué un domicilio de Rappi podría valer 18.000 pesos?

El nuevo proyecto de ley, que aún se discute en el legislativo, obligaría a las plataformas digitales a vincular a sus empleados como trabajadores formales.

Rappi y lo que valdría un domicilio por la reforma laboral
COLPRENSA

En caso de que la nueva reforma laboral presentada por el Gobierno Nacional de Gustavo Petro sea aprobada por el Congreso, los trabajadores colombianos serían vinculados a las empresas bajo un contrato laboral a término fijo. Adicionalmente, las personas que estén subordinadas y cumpliendo con actividades permanentes no podrían ser contratadas bajo una modalidad de prestación de servicios y, por lo tanto, estarían obligadas a trabajar 42 horas a la semana, es decir, ocho horas diarias.

Aunque el presidente Petro afirmó que las transformaciones elaboradas en el nuevo proyecto de ley proporcionarían estabilidad laboral a los empleados colombianos y, en efecto, aumentarían la productividad del país, hay múltiples sectores que no simpatizan con sus planteamientos. El gremio de las plataformas digitales son uno de ellos, pues los cambios en la reforma implicarían que aplicaciones como Rappi o Didi Food vinculen formalmente a los domiciliarios para que se les pueda garantizar el ejercicio de sus derechos y garantías como empleados: seguridad social, salud, vacaciones, entre otros.

¿Cuáles son las posiciones de Rappi frente a la nueva reforma laboral?

En una entrevista concedida a Semana, el presidente de Rappi, Simón Borrero, señaló que la nueva reforma somete a los trabajadores a una laboralidad forzosa, al obligar a cumplir a los empleados un límite de horas de trabajo e impide la flexibilidad de los horarios que actualmente tienen los rappitenderos en Colombia. “Hoy cualquier persona puede conectarse desde su celular y generar ingresos inmediatos en cualquier momento. Un estudiante que está en la mitad de parciales tiene un día libre, necesita pagar sus estudios, se puede conectar y ganar dinero. Como se plantea en la reforma, esto no sería posible. Ese estudiante tendría que ser un empleado con horarios fijos”, aseguró Borrero.

Del mismo modo, el CEO de la compañía colombiana afirmó que la aprobación del nuevo proyecto de ley destruiría el modelo de negocio de la aplicación, pues entre el 80 y el 85% de los domiciliarios de Rappi trabaja esporádicamente. “La minoría está de tiempo completo y ese grupo tampoco quiere la laboralidad forzosa porque sus ingresos promedio son de 11.000 pesos por hora, frente a un salario mínimo que actualmente está en 4.800 pesos. Y aunque son personas que trabajan tiempo completo, tienen flexibilidad para decidir qué días y en qué horarios lo hacen”, puntualizó Borrero para Semana.

Adicionalmente, el empresario expresó que, en caso de ser aprobada la reforma, los costos de los envíos aumentarían abruptamente, lo que disminuiría el número de clientes que acceden a la prestación del servicio: “por la actual situación económica y por la inflación, entiendo que muchos clientes estén insatisfechos porque Rappi se ha vuelto más costoso, pero con la reforma tendríamos que cobrar 18.000 pesos por un domicilio y eso restringiría el servicio a unos pocos, destruyendo el modelo de negocio y dejando sin ingresos a muchas personas. No estamos en Suiza ni en España, estamos en un país donde la gente necesita oportunidades”.

¿Cuáles son las verdaderas condiciones laborales de los rappitenderos?

Actualmente, Rappi opera en países como Argentina, Brasil, Chile, México y otros cinco países de América Latina. En Colombia, los migrantes venezolanos consolidan una parte importante del área de domiciliarios de la empresa y, de acuerdo con Natalia Ramírez, profesora de Derecho Laboral de la Universidad de Los Andes, “Hay un aprovechamiento: para un trabajador migrante es muy difícil o imposible ubicarse en la economía formal, dado que en Colombia los empleos formales son escasos”, afirmó Ramírez para Semana.

En el país, hay al menos unos 50 mil rappitenderos que trabajan a través de la aplicación. Sin embargo, según las exigencias del sindicato que formaron a finales del año pasado, hay entregas que requieren la movilización de varios trayectos y la remuneración corresponde a menos de un dólar. Así es el caso de Luz Miriam, quien reveló para Semana que para ganar 130 o 140 mil pesos al día “toca trabajar por lo menos 16 horas (…) ¡y dándole duro, duro!”.

Adicionalmente, según las declaraciones de la mujer, las condiciones de flexibilidad no producen una estabilidad económica. “Cuando yo empecé a trabajar con Rappi, me dijeron: ‘tú prendes la aplicación cuando quieras, coges el pedido que quieras, te vas a la hora que quieras’. Hoy en día no podemos hacer eso”, expresó Miriam, quien además resaltó que la compañía no cubre las incapacidades o los gastos médicos de los domiciliarios, pues en medio de uno de los envíos cayó de su moto, duró ocho días sin poder trabajar y la empresa no se hizo responsable de sus afecciones físicas ni financieras.