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Selección Colombia

¿Qué debe hacer Pékerman para mejorar el ataque de Colombia?

Hoy el principal problema de la Selección es la falta de gol de sus delanteros. ¿Es culpa de ellos? ¿Del sistema? ¿De los volantes? Análisis del funcionamiento ofensivo.

BogotáActualizado a
¿Qué debe hacer Pékerman para mejorar el ataque de Colombia?
JOHN VIZCAINOREUTERS

Los últimos siete goles de Colombia en la Eliminatoria los marcaron un defensa, cinco volantes y un jugador rival: Mina y Aguilar a Uruguay, Cardona a Paraguay, Autogol de Marquinhos en Brasil, Macnelly y James a Venezuela y Sebastián Pérez a Ecuador.

Desde el doblete de Carlos Bacca a los ecuatorianos, en marzo, los delanteros no festejan (son 388 minutos). Es más, de los 15 tantos que suma la Selección, solo cuatro pertenecen a la línea de ataque: tres de Bacca y uno Teo. Tan solo el 26 por ciento.

El diagnóstico es claro: el problema está arriba. Y está arriba no solo porque los delanteros no la meten, sino porque el operativo ofensivo está fallando.

Tan cierto es que Bacca no le está aportando al equipo, como que el equipo no le está aportando a Bacca. Es decir, la responsabilidad es compartida entre el hombre en punta que no anda bien y el circuito de ataque que no está funcionando.        

En otras palabras, con la escasez de ideas, variantes y fórmulas en la zona creativa, no solo sufre el hombre del Milan. Sufrirían también Teo, Falcao, Messi y Cristiano. 

Desconocer el bajo nivel de Bacca en los últimos partidos es ir en contra la realidad, pero si se revisan los tres goles que ha marcado en esta Eliminatoria se llega a la misma conclusión: siempre recibió la pelota bien perfilado dentro del área. Nunca de espaldas como ha pasado en los últimos juegos.

¿LLEGÓ LA HORA DE CAMBIAR EL MÓDULO?


El 4-2-3-1 ha sido el sistema preferido de Pékerman en su segunda etapa con Colombia. En la primera, sobre todo en Barranquilla, utilizó el 4-2-2 con James-Macnelly en la generación y Falcao-Teo en la definición. Esa fue la fórmula del éxito.

Tal vez el motivo que lo hizo cambiar fue la lesión de Falcao. Sin su delantero estrella tuvo que buscar otras alternativas para llegar el gol, y ahí fue donde aparecieron los volantes externos como Ibarbo, Cuadrado, Dayro, Marlos, Cardona y el mismo Muriel.

El tema es que, aparte de Cuadrado (extremo por naturaleza), ninguno de los otros jugadores siente la posición, no solo porque sus características están lejos de las de un verdadero hombre de raya, sino porque el puesto requiere funciones de marca, sacrificio y desgaste.       

Muriel, que ha jugado allí en los últimos partidos, es el mejor ejemplo de eso. Es atacante nato que por su movilidad puede brindar una mano jugando por fuera, pero a sus virtudes hay que sacarles provecho unos metros más hacia el centro donde puede rematar, pasar, generar espacios e influir más en el juego. Así jugó en Cali, Lecce y Udinese. Así lo hizo en la Selección Sub-20 y así lo hace en la Sampdoria.

¿GRACIAS A CUADRADO, DOS DELANTEROS?


Cuadrado no jugará el 10 de noviembre ante Chile por sanción (tiene dos tarjetas amarillas). Quizá esa sea la excusa perfecta para abandonar (por ahora) el 4-2-3-1 y volver al 4-2-2-2 con dos creativos y dos atacantes. En ese partido, en casa y contra un rival directo: hay que proponer, anotar y ganar.

Entre James (esperando su recuperación y regreso a la competencia), Macnelly y Cardona hay demasiado talento. Cualquiera sea la pareja (mejor si está James) el equipo tendrá más ideas, más asociación y más opciones de gol.

Arriba la esperanza es que Falcao se recupere, juegue, marque goles y no se vaya a lesionar cuando lo vayan a convocar.

Pero si no está El Tigre, puede volver Teófilo. Y si tampoco regresa Teo, pues Muriel y Bacca -los dos jugando en función de ataque- pueden repetir en la nómina y hacer una buena dupla. También están Roger, Dayro, Ramos, Duván, Marlos...

En fin, delanteros hay, opciones sobran. El tema es saber elegir y, sobre todo, trabajar para solucionar el principal problema que hoy tiene Colombia: generación de fútbol, circuito de juego y volumen de ataque.

Ese es el reto de Pékerman y su cuerpo técnico para la próxima fecha doble de la Eliminatoria.