Petro le torció el brazo a la banca
De inversiones forzosas a un acuerdo con la banca; es la gran jugada de Petro que favorecerá a los más pobres.
El pasado 7 de junio durante la clausura de la 58ª Convención de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia, Asobancaria, gremio representativo del sector financiero colombiano, el presidente Gustavo Petro sorprendió con una propuesta de avanzar en una inversión forzosa con ayuda de la banca privada para reactivar la economía del país. Una inversión forzosa es aquella inversión o gasto que los bancos están obligados a realizar debido a regulaciones o marco legal, con el objetivo de fortalecer la estabilidad y solidez del sistema financiero y de paso, proteger a los usuarios de servicios bancarios.
Esa propuesta generó preocupación en la opinión pública y en los “ciudadanos de a pie”, ya que se pensó que el Gobierno Nacional iba a “expropiar” los ahorros de los colombianos. El tema es que la plata que utiliza el sistema bancario para prestar en esos créditos de inversiones forzosas sale de los depósitos de sus clientes, en otras palabras, sale del ahorro de las personas. Precisamente eso fue lo que generó miedo, porque ese dinero iba a ser manejado por el Gobierno a través de las entidades que ya tiene el Estado, y miedo no solo de parte de la gente, sino de parte de la banca porque todo indica que podían perder el manejo de un monto muy importante de sus recursos y del cual reciben una alta rentabilidad.
Esto fue lo que dijo el presidente Petro en Asobancaria: “puede ser la inversión forzosa, que a un banco hoy, no digo siempre, digo hoy, le podría ser más rentable”, y aclaró “si los bancos nos pasan el dinero, y nosotros damos el crédito, nosotros tenemos que pagarle al banco. El pago del Estado al banco es mucho más sano, mucho menos riesgoso y nosotros podríamos subsidiar la tasa de interés”. Esas palabras llevaron a la banca a sostener una serie de reuniones con el presidente Petro para finalmente llegar a un acuerdo que llamaron Pacto por el Crédito, que en palabras sencillas, es prestarles a aquellas personas que no tienen acceso a créditos formales en bancos o entidades financieras y se ven obligados a acudir al “gota a gota” o al ajiotismo, que es un sistema de préstamos informales, ofrecido por prestamistas no regulados y en los cuales utilizan tácticas coercitivas para cobrar las deudas, lo que en algunos casos incluye amenazas, acoso y hasta la muerte.
El exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, cree que “se logró algo positivo al final para el país, y es que no entramos en el modelo de las inversiones forzosas, que era absurdo y muy peligroso para un país como este”. También piensa que el acuerdo entre Petro y la banca funcionará si el Gobierno le incluye subsidio a la tasa de interés y subsidio a la garantía. Por otro lado, Beethoven Herrera, doctor en economía y docente universitario, dice que “es un acuerdo pragmático, interesante y útil, donde todos ganan y evitaron desgaste, además, el estilo de Asobancaria es más resiliente que el de otros gremios. Estos créditos serán dirigidos a sectores definidos a menores tasas, pero con garantías públicas del Fondo Nacional de Garantías”.
Ahora quedan muchas dudas respecto a lo que hace la banca en nuestro país. Muchas veces se les ha acusado de enriquecerse sin control, de tener unas tasas de interés muy elevadas, comisiones excesivas, falta de transparencia, prácticas abusivas y uno de los más importantes, falta de apoyo a la economía real, entre otros. La sensación de muchos es que sí se podían hacer unos préstamos para la economía popular, pero todo muestra una falta de voluntad de parte de los bancos. Algunos dicen que hubo “un gana-gana”, pero todo parece indicar que la presión de Petro los llevó a ceder ante una propuesta perjudicial para sus intereses. Si contamos el tiempo transcurrido desde la propuesta de Petro hasta el pacto, realmente fue muy corto y la solución no era tan difícil. Petro puso en cintura a la banca y los presionó hasta el punto en el que les tocó ceder.
Hay un caso muy interesante sobre los microcréditos y es el del “banquero de los pobres” Muhammad Yunus, quien ganó el premio Nobel de la Paz en 2006 junto con el Grameen Bank, fundado por él, gracias a su trabajo innovador en el campo del microcrédito y la microfinanza y por su esfuerzo en proporcionar préstamos a personas en situaciones de pobreza, especialmente a mujeres, sin exigir garantías, piensa después de más de 40 años trabajando por la inclusión financiera y la reducción de la pobreza, sin los resultados esperados, que la mejor manera de acabar con la pobreza en el mundo es creando dos sistemas bancarios: uno para los ricos y otro para los pobres, e hizo un análisis muy interesante en la BBC: “hoy por hoy, solamente hay un tipo de institución financiera que son los bancos para los ricos. Y le estamos pidiendo a los bancos para ricos que les presten a los pobres, cuando el sistema no está diseñado para eso”.
Ahora solo queda esperar hasta septiembre para ver cómo va a salir el Pacto por el Crédito que promete entregar 55 billones de pesos adicionales en créditos a 5 sectores estratégicos: vivienda, manufactura, agropecuario, economía popular, turismo y pedir para que no pase lo de Finagro, que siendo muy parecido al Pacto por el Crédito, aunque solo para el sector agrario, según el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, “no funciona, porque el 16% termina en los micro y pequeños empresarios y el 74% está en los grandes empresarios”, aunque la intención de Petro es loable.
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