La cárcel de los perros
Entiendo el amor que muchas personas les tienen a los perros, pero definitivamente no son para mantenerlos confinados.

Es solo llevarlos al campo y se darán cuenta del daño que les están haciendo teniéndolos encerrados en una casa o apartamento. Los perros necesitan estar corriendo, saltando y ejercitándose, ellos lo saben y por eso cuando están en campo libre corren como locos, porque es su naturaleza. Ir detrás de los pájaros, molestar a las gallinas, jugar con los equinos, y compartir con otros perros es muy importante para su salud y bienestar general, además evita que el sedentarismo les ocasione infinidad de enfermedades. Un perro necesita mucho espacio para disfrutar su vida, porque de lo contrario la van a pasar muy mal. Es importante, si se tienen en las áreas urbanas, tenerles un espacio amplio en casa donde puedan salir a correr; sacarlos a caminar amarrados nunca será lo mismo y por eso en algunas ocasiones se deprimen, adquieren comportamientos no deseados y duran menos años de los que deberían.
Es cierto que en el campo afrontan muchos peligros, pero ellos aprenden a enfrentarlos, además ese conocimiento práctico les ayuda a tener una vida más cercana a su naturaleza, a lo que son, a aprender a sobrevivir. Los lobos, antepasados de los perros, como lo dice Alice Roberts en su libro Domesticados, empezaron su relación con los humanos desde hace muchos años y todo se dio por la comida, comenzaron a acercarse a los humanos cuando estaban comiendo y también los empezaron a ayudar en las cacerías, claro, esperando que los humanos compartieran algo de esa carne con ellos. Entonces, ambas especies, el humano y el lobo, entablaron una relación cada vez más cercana y dependiente, porque el humano también encontró más que un aliado, a un gran compañero.
Podemos decir que el perro es una creación del hombre, porque debido a que el lobo cada vez socializaba más con el humano, el humano también empezó a favorecer y reproducir al lobo, pero privilegiaba a aquellos que soportaban la presencia de los humanos, es decir, los menos temerosos, menos agresivos y que contaban con mayor tolerancia social, asegura Roberts. Otras características derivadas en su mayoría de la convivencia del lobo con el humano, llevaron a que gozáramos de la compañía del perro actual. Con el paso de los años los proto-perros, es decir, aquellos parientes cercanos del perro actual, se volvieron casi indispensables para el ser humano, debido a que evolucionaron juntos y se beneficiaron mutuamente: el perro encontró comida fácil y el humano halló a un ayudante y compañero de vida.
Desafortunadamente el ser humano se hizo muy dependiente del perro y no entendió que en ese proceso de domesticación le estaba arrebatando su libertad y muchos rasgos de su comportamiento natural. Podemos decir que el perro actual es como es debido a su evolución de muchos años, pero también a la influencia del ser humano. Hemos cometido muchos errores con esos peludos, tratando de acercarlos cada vez más a nosotros, y terminamos por quitarles su naturaleza, pero todavía podemos corregir en algo esa falta. Lo que debemos entender es que los perros no son ni para estar amarrados, ni para tenerlos encerrados, son para que, igual que nosotros, puedan gozar de su libertad.
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El que diga que no hay ningún problema con tener a un perro encerrado, obviamente está desconociendo la naturaleza de los caninos. Muchas personas preguntan qué se debe hacer para que los perros no tengan comportamientos indeseables, y es muy sencillo de responder, eso se soluciona dándoles libertad y espacio.
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