Martina Weil, hija de Ximena Restrepo, gana oro en 400 mts
La atleta de 24 años fue la más rápida en la final, le dio alegría a Chile que la acompañó en multitud en el estadio Nacional de Santiago.
“Sueño con correr como ella”, publicó hace un tiempo en sus redes sociales Martina Weil sobre su madre Ximena Restrepo, medallista colombiana en Barcelona 1992 en los 400 metros, 31 años después su hija es la gran ilusión del atletismo en Chile. En la final de la misma modalidad logró pasar primera y colgarse el oro. Emoción y orgullo.
Luego de volar en la prueba con un tiempo de 51.48, superando a la ecuatoriana Nicole Caicedo (51.76) y a la colombiana Evelis Aguilar (51.95), habló con Caracol Radio sobre la emoción que sintieron sus padres. Martina Weil es hija de del exlanzador de peso chileno Gert Weil y de la exatleta colombiana Ximena Restrepo.
“Después de la carrera mis papás me dijeron que estaban muy contentos, muy emocionados, muy orgullosos. Me han visto crecer y pasar por todo”, destacó la corredora de 24 años de edad que hizo emocionar a todo el estadio Nacional de Santiago con su brillante actuación.
Martina Weil y el amor de sus papás
Gert Weil y Ximena Restrepo, se conocieron en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. La medallista colombiana lleva varios años en Chile en donde no solo ha ayudado a su hija en el atletismo de ese país. En un emotivo mensaje de la joven atleta destacó la importancia de su madre en su carrera.
“Prácticamente todas las entrevistas que me han hecho desde que empecé a correr es: “¿Cómo se siente ser hija de dos deportistas tan exitosos?” y “¿Qué se siente que tu mamá también haya sido corredora de 400?”. La verdad yo creo que necesitaría escribir un ensayo de 7000 palabras para poder explicar exactamente lo que se siente tener a Ximena Restrepo, medallista olímpica de mamá. Pero yo creo que se resume en lo siguiente: me siento mal por toda la gente que no ha podido tener la experiencia en el atletismo que he tenido yo”, manifestó.
Y agregó: “Con una persona que entiende tan profundamente lo que hago. Una persona que me ha apoyado en cada momento de felicidad y que me ha levantado y dado ánimo cada vez que he fallado. Una persona a la que puedo llamar después de cada uno de mis entrenamientos y que va a entender mejor que nadie lo que significan los tiempos y las pausas y que solo se va a reír cuando le diga que estuve 20 minutos tirada en la pista después de vomitar. Una de las cosas más duras de haberme ido de mi casa es el saber que no va a poder ir a verme competir cada vez que corra (algo que hacía SIEMPRE cuando vivía en Chile), pero de todas maneras sé que siempre va a estar ahí para mi, como mi mayor apoyo y mi cheerleader favorita. Es mi ejemplo a seguir, no solo en el atletismo (aunque sueño con correr como ella) y soy la persona más afortunada del mundo de poder decir que soy su hija”.