Einer Rubio y su evolución: De de Gendt a Pinot en el Giro de Italia
En el 2020, el ciclista colombiano tuvo un incidente con el belga que marcó su crecimiento. En la definición de la etapa 13 del 2023, se notó el aprendizaje de tres años.
Einer Rubio fue el gran ganador de la etapa 13 del Giro de Italia. Su fortaleza en el último acenso y la punta de velocidad en los metros finales, fueron las claves del colombiano para lograr su primera victoria en una vuelta grande del ciclismo mundial.
Al finalizar el trazado, que fue recortado a 74 kilómetros, Rubio confirmó que era un triunfo que había buscado en los últimos tres años, “mi gran día. Lo venía buscando. He trabajado mucho para preparar este Giro. El otro día tuve inconvenientes con el clima; la lluvia ha sido muy dura para mí. Pero sabía que no tenía que darme por vencido, tenia que seguir, buscar mi oportunidad, y hoy la he tenido”. Y sí que la aprovechó.
El corredor del Movistar supo manejar muy bien las situaciones que la carretera le presentó, incluso al lado de uno de los ciclistas más experimentados del pelotón como el francés Thibaut Pinot y ante otro ciclista con muchas ganas y piernas como el ecuatoriano Jefferson Cepeda.
En el año 2020, en el Giro de Italia de la pandemia, el colombiano tuvo una situación parecida a la la edición 2023 del Giro. Se metió en una fuga con un veterano y no terminó bien.
¿Qué cambió desde De Gendt hasta Pinot para Einer Rubio?
En el 2020, rubio y el belga quedaron en una fuga que tenía muchas posibilidades de ganar la etapa. Se escaparon y llegaron a sacar mucho tiempo con respecto al pelotón en la quinta etapa que terminó en Camigliatello Silano. En esa ocasión, De Gendt y Rubio estaban solos en el ascenso al Valico di Montescuro, pero un desacuerdo llevó a Filippo Ganna a ganar la fracción.
En un principio, uno de los compañeros de Rubio, Héctor Carretero, iba adelante de los dos ciclistas, pero estos lograron sobrepasarlo, “que no trabajara en la persecución no fue un problema. Sabía que tenía un compañero de equipo. Así que intenté recortar distancias lo antes posible. Una vez que conectamos él debería haber empezado a colaborar. Fue su elección no hacerlo”, se quejó De Gendt.
Al no contar con la ayuda de Rubio, dijo esto, “pienso que tenía piernas para batir a Ganna, pero tenía a alguien a mi rueda que no quería trabajar. Durante la persecución a la fuga Rubio tenía un compañero delante, así que podía entenderlo pero una vez que le sobrepasamos aún no quería hacer nada del trabajo y entonces él empezó a atacar, así que me marqué como objetivo no dejarle ganar”.
Algo parecido a lo que pasó entre Thibaut Pinot y el ecuatoriano Jefferson Cepeda en la edición 2023. El ciclista del Education First no quiso darle relevo al del Groupama y esto generó una discución intensa entre los dos durante el ascenso a Crans Montana.
Einer y su evolución en el caos
Einer Rubio manejó no solo el último ascenso sino toda la etapa. Desde el momento en el que decidió entrar a la fuga hasta que venció en el premio de montaña final. Lo principal, diferente al suceso con De Gendt, fue su evolución en la forma para resolver los problemas que el recorrido le puso.
Umberto Pitzalis es el mejor preparador atlético de Italia, trabaja con varios ciclistas y Rubio es uno de ellos. Para el italiano hay varias diferencias entre lo que pasó en el 2020 y lo de este 2023, “en el 2020 fue la primera vez que entró en la cancha de los leones, tuvo inseguridad, no supo hacer uso de su energía y eso le puso freno para poder colaborar en una escapada”.
Y añadió, “esta vez la seguridad que tiene le permitió manejar el momento con más inteligencia hoy demostró más que nivel atlético una madurez a nivel de presencia, de poder decidir a sangre fría como comportarse. Su generosidad atlética se vio en el plano que no es su área, pero siguió a Pinot cada momento y en loma dejó pelear a los dos gallos. Espero atrás su paso y cuando los gallos estaban cansados, el águila atacó”, explicó
Sabía que debía entrar en la escapada porque era una etapa apta para sus características. Se mantuvo en la fuga regulando sus fuerzas y sin desesperarse, solo fue a Rueda de Pinot en la llegada al puerto Cruz de Corazón en el que cruzó en el segundo lugar tras el francés y cuando tuvo que cerrar el hueco entre Cepeda y Pinot en el terreno plano.
En el último ascenso se vio mucho mas su crecimiento y su capacidad en la toma de decisiones. Estas hay que hacerlas en cuestión de segundos y con base en lo que los rivales muestran al instante. Sus gestos, lo que han hecho durante la etapa, lo que anticipan. El francés tenía todo para ganar por su estatura y explosividad en el puerto, pero así mismo, había gastado mas que sus rivales.
Esto le costó al final. Einer supo leer el momento y fue prudente. No se desesperó para atacar antes de tiempo y tampoco se metió en la discusión que tenían Cepeda y Pinot durante toda la subida a Crans Montana. Esta fue una situación que desgastó al francés y al ecuatoriano y que Rubio vio de lejos. Con inteligencia, pudo ver que su momento perfecto serían los últimos metros.
Después de cinco ataques de Pinot y uno de Cepeda, el de Rubio llegó a 400 metros para la meta. El colombiano reveló su punta de velocidad, aprovechó el cansancio de los dos ciclistas y con superioridad los superó en el puerto de montaña mas difícil del día.
Al final, celebró en la meta, consiguió su primer triunfo en una vuelta grande y el mismo Pinot lo elogió en la meta, “especialmente no quería que ganara Cepeda, quería que ganara Rubio. Hubiera dado cualquier cosa por no dejar que Cepeda se fuera”, dijo el del Groupama.
Einer y su trabajo atlético
El trabajo de Einer con Pitzalis ha cambiado varios aspectos en la vida del ciclista, ha hecho que tenga mas madurez y ha ganado cualidades que antes no tenía, “es reservado, concentrado, sabe recortar su espacio de intimidad. Cuando entrena cancela todo lo que no es entrenamiento. Se aísla. Es óptimo trabajar así, porque no tiene la cabeza en otro lado. Es muy físico, no ama mucho el celular, no está presente a los mensajes, no dice nunca no a un trabajo que hay que hacer, quiere saber todo, no hace nada a ciegas, pero nunca se tira para atrás. Es muy profesional”.
Para el preparador italiano, lo del colombiano es muy positivo, aunque no se atreve a decir cuál será su techo, “depende de muchas cosas, de su calendario, del equipo que lo apoya al 100 por ciento. Falta ver las estrategias, la parte atlética y saber lo que uno quiere ganar. Una etapa del Giro era su sueño, lo logró, se cargó de energía y eso lo puede impulsar a querer más, pero eso lo va a decidir él. Su futuro hay que descubrirlo más adelante”.