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SAO PAULO

Sebastián Bernal, de barrista a futbolista profesional en Brasil

El bogotano perteneció durante varios años a Comandos Azules y logró el sueño de jugar como profesional en el Batatais FC de la tercera división brasileña.

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Sebastián Bernal, de barrista a futbolista profesional en Brasil

Nunca es tarde para cumplir los sueños y Juan Sebastián Bernal es la clara muestra de eso. El volante bogotano de 28 años no renunció nunca a su objetivo y desde hace un año logró en convertirse en jugador profesional. La vida le puso más de una prueba para poder llegar a su meta, incluso paró para estudiar gastronomía, pero nunca desistió y hoy integra el plantel del Batatais Futebol Clube del Campeonato Paulista Série A3.

Su pasión por el fútbol inició desde muy joven, especialmente por el amor a Millonarios, el equipo de su familia. Fue tanto el sentimiento al club, que incluso se tatuó. Durante varios años integró la barra Comandos Azules Distrito Capital. Asistía a cada uno de los partidos en la Lateral Norte, viajaba por el país siguiendo al equipo y se reunía siempre con su parche, Kilombo Norte, para estar presente en cada uno de los eventos de la barra. 

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A Bernal le costó mucho alcanzar sus sueños, "la rosca y la falta de contactos" fueron algunas de sus principales trabas. Trabajó como mesero y logró estudiar en la Universidad, pero cada vez que se le presentaba la oportunidad de ser futbolista profesional, no dudaba en dejar todo atrás. Estuvo tres años en Brasil sin poder jugar y aunque le tocaba entrenar en la playa por su propia cuenta, nunca desistió. 

El volante bogotano habló con AS Colombia sobre su historia desde su vida en el barrismo hasta convertirse en futbolista profesional. En sus inicios compartió con Edwin Herrera, actual lateral izquierdo del Famalicão de Portugal, y con Andrey Esupiñán, extremo del Deportes Tolima.

Inicios en el fútbol: "Desde muy pequeño fui muy aficionado, jugué en la Liga de Bogotá desde pequeño y en las categorías de Millonarios. En un momento me retiré del futbol porque era muy difícil y había cosas que no me encajaban como la rosca o no tener contactos. Hay un momento donde uno llega a una edad en la que uno no sabe qué hacer, ahí yo paré y como hincha de Millonarios empecé a ir al estadio, a viajar a todos lados".

"En 2012 yo estaba trabajando en un restaurante y a mí siempre me gustó la gastronomía. Ahí decidí empezar a trabajar como mesero y empecé a ahorrar para pagarme la universidad y estudiar. Estuve un año y medio. Hice cinco ciclos y paré por el fútbol. En la electiva elegí fútbol y cuando empecé con las clases el entrenador me dijo que sabía que tenía condiciones. Esas palabras me dejaron pensativo, paré de estudiar. Me gané unas pruebas en Cali para jugar un Torneo de las Américas. Yo tenía el cabello largo, yo era de la barra totalmente, empecé a entrenar todos los días y a cuidarme".

Pertenecer a Comandos Azules: "Participé en todas las actividades de la barra. Llegué a la barra desde que tenía 12 años, estuve en un parche de la 170 que se llama Kilombo Norte y estuve varios años. Ahí empecé a entrar a la Lateral Norte con ellos. Fui creciendo en la barra, agarrando experiencia, iba a las reuniones generales. Tenía el pelo largo y me hice tatuajes de Millonarios y todo. No faltaba a un partido y hasta el sol de hoy, juega Millonarios y yo esto pendiente de ver el partido".

Jugar como hincha: "Es un sueño hecho realidad, algo que siempre quise. Desde que estaba en la tribuna, yo era de los hinchas que iba, pero detallaba el partido, los jugadores y las posiciones. Ahora que soy jugador profesional y vivo de esto es algo satisfactorio porque uno entiende a los hinchas y lo que quieren. Siempre que tengo la oportunidad de jugar, doy la vida porque entiendo ese sentimiento".

Jugadores con los que compartió en Colombia: "Jugué con Edwin Herrera en 2016 en el Tabora. Él era uno de los más jóvenes y yo lo llevaba en moto a la casa o lo dejaba en una estación de Transmilenio porque entrenábamos a las 6:00 a.m. en el Tunal. El pelado era muy bueno. También compartí con Andrey Estupiñán cuando salió de La Equidad".

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Jugar en el Batatais FC

Llegada a Brasil: "A finales de 2016, un familiar en Cali habla conmigo y me dice que había una opción para viajar a Brasil. Yo estaba totalmente animado y quería cumplir mi sueño. Viajé en 2017 a Brasil y llegué a una ciudad cerca de Sao Paulo. Fue difícil, muy difícil. Para que uno firme un contrato hay que llenar muchos documentos que duraron tres meses. Me tocó entrenar en la playa, hasta que salieron los documentos. El entrenador que yo tenía me contactó con un equipo. Llegué a Rio Grande del Sur, pero no pude jugar por un problema en el sistema de la Federación de Brasil. En 2018 regresé porque al agente le gustó mi trabajo, estuve en otro club, firme de nuevo y nada que podía jugar. Yo estaba loco por jugar que solo hasta 2019 puede hacerlo y se pudieron dar las cosas".

Tercera división de Brasil: "Brasil es la cuna del fútbol, acá hay un futbol técnico, dinámico e intenso. Yo me empecé a adaptar el fútbol de acá. En Colombia jugaba de volante 10. Ahora estoy en Sao Paulo, que a cualquier jugador le gustaría estar jugando en este estado. Aunque es una tercera división de aquí, es como si fuera la primera de cualquier otro estado. El nivel de jugadores es muy alto. Jugamos contra equipos importantes. Ahora soy volante mixto, hago cualquiera de las tres posiciones, incluso a veces juego también de lateral derecho. La otra semana jugamos con dos hermanos que fueron campeones de la Libertadores y otros jugadores que son ídolos de Sao Paulo".

Objetivo: "Mi objetivo ahora es dar la vida en cada partido que pueda jugar. Todo jugador quiere irse a Europa, el mío también y me gustaría, pero sé que es difícil pero ya quedó demostrado que todo se puede cumplir. Hay que seguir trabajando y ver si se puede ir para allá. Mi sueño es jugar en Millonarios, el club de mis amores y de mi familia".

Los sueños se cumplen: "Le digo a todos los niños y pelados que tienen 20 años y se siente viejos para jugar futbol profesional, que no desistan. Los sueños se hacen realidad, pero hay que tener humildad y trabajar. Yo ya cumplí mi sueño de ser profesional y ahora tengo que mantenerme y seguir creciendo como profesional. Siempre se puede y así uno tenga 24 años, se puede. Yo estuve cerca de parar, me tocó muy duro, pero siempre sentí la necesidad de cumplir mi sueño".