TELEVISIÓN

Valentina Lizcano revela en un libro su difícil pasado

La actriz colombiana lanzó 'Sana locura, retratos de mi alma', donde cuenta hechos de su vida que la marcaron para siempre.

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Valentina Lizcano

Valentina Lizcano es uno de los personajes más reconocidos de la televisión colombiana, ha actuado en diferentes producciones nacionales, también pasó por la presentación y fue participante de un famoso reality hace varios años. Recientemente decidió revelar varios secretos de su pasado, desde excesos hasta el abuso que sufrió siendo una niña.

Entre las confesiones más relevantes hay varios apartados sobre abuso sexual y drogadicción. "Luego de casi ser abusada por dos ‘amigos’ de la actuación, llegué a mi apartamento, me descontrolé, bebí y consumí cocaína hasta que el cuerpo casi se da por vencido, esa madrugada por poco muero de sobredosis y ahogada en una tina. Ahí dije no más", contó Valentina, quien actualmente vive en la ciudad de Cartagena junto a su hijo Salvador.

Lizcano añadió que varias veces estuvo al borde de morir a causa del consumo excesivo de drogas, pero tuvo amigas que la ayudaron a salir de esa situación. "Una de las veces que estuve a punto de morir me rescató Margarita Reyes, quien estuvo conmigo en 'Protagonistas de Novela''".

En otro de los apartes del libro, aseguró que sufrió varios abusos, cuando tan solo tenía cinco años de edad, por parte del conductor de la ruta del colegio en donde estudiaba. “Siempre me ponía en la parte delantera, justo en la mitad de las sillas y cada vez que metía un cambio me tocaba la entrepierna, bien adentro; llegó a introducir sus dedos dentro de mí y a veces metía su lengua en mi boca. Pasó muchas veces”.

También entregó detalles de cómo una expareja de su mamá intentó propasarse con ella. “Un día fue a almorzar al apartamento en el que vivíamos. Antes de irse le dijo a mi mamá que le tenía algo en el carro y ella me pidió que lo acompañara para recogerlo. Cuando llegamos, me lo entregó y le dije adiós con un pico en la mejilla. No fue suficiente: tomó mi cara, me dio un beso y metió su lengua hasta el fondo. Salí corriendo y le conté llorando a mi mamá. En esa época denunciar no era algo común”.