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Denuncias, machismo y la sonrisa de Alzate

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Álvaro González Alzate no se sonroja. Frente a decenas de periodistas declara que el insulto de Gabriel Camargo al fútbol femenino "es una verdad que otros no se atreven a decir". Hablamos de un señor que llegó a la dirigencia del fútbol colombiano hace 35 años y para el que la condición sexual de un jugador o jugadora merece reproches. Su principal argumento sobre la profunda crisis que vive el fútbol femenino (o el tema de moda, como lo llama él) es que las mujeres son muy complicadas, hacen mal ambiente en los camerinos. Son muy diferentes a los hombres. Para González ser mujer es un defecto de fábrica.

La normalización del machismo es tal, que dos denuncias por acoso sexual y laboral, son para el Comité Ejecutivo (González habló en su nombre) un punto más en la agenda. El dirigente confirmó que esta semana iban a contratar de nuevo a Didier Luna, sobre quien pesan las denuncias de una jugadora y una fisioterapeuta. "Arregle ese tema y vuelve", afirma que le dijo al entrenador. La FCF no parece dimensionar el presunto delito, afirma que es un tema de la Fiscalía. Si bien el preparador físico fue despedido, no garantiza la seguridad de las jugadoras a futuro.

No hay una estructura definida que sustente el desarrollo del fútbol femenino desde la Federación. No hay una comisión especializada (y eso que somos tan diferentes). González se ha apropiado del tema por su vínculo con el fútbol aficionado que ha sido la máxima cantera del fútbol femenino en Colombia... hemos estado en manos de un dirigente, que afirma que eso con los hombres no pasa. Esa es su máxima verdad. Reconoció que es injusto que a las jugadoras no les pagan viáticos durante los microciclos locales (la mayoría no vive del fútbol) y afirmó desconocer el resto de acusaciones.

González Alzate no deja de sonreír, mezcla historias con chascarrillos, pero su discurso va en contravía de un reconocimiento real de los derechos de las deportistas. Frustra la naturalidad con la que afirma que no conoce el presupuesto FIFA para el desarrollo del fútbol femenino. "Hay que preguntarle a contabilidad" y esa recurrente mención a la dificultad de trabajar con mujeres deportistas. González Alzate es, eso sí, el único que responde. ¿No era necesario que el señor Jesurún se pronunciara?