Ahora solo hay dolor
La tristeza atraviesa el pecho y se queda clavada ahí… presionando el corazón. Diez niños murieron en la sede deportiva de Flamengo. Futbolistas de 14 y 15 años que estaban en su dormitorio en Ninho do Urubu (oeste de Río de Janeiro) cuando se produjo un incendio. Eran las 5 de la mañana… dormían. El mundo está siendo un lugar difícil, saturado de noticias dolorosas, pero para quienes el deporte nos llena los días, las últimas horas pesan en el alma.
Es desgarrador que los padres tengan que enterrar a sus hijos. Que una vez más el destino nos demuestre que la vida es tan efímera como los sueños. Que solo existe el presente. Arthur Vinícius, Athila Souza, Bernardo Pisetta, Christian Esmério, Gedson Santos, Jorge Eduardo, Pablo Henrique, Rykelmo de Souza, Samuel Thomas y Victor Isaías anhelaban ser estrellas del fútbol, llegar a debutar en el Maracaná. Ahora solo hay dolor.
Para –nosotros- los periodistas siempre será un reto contar estas noticias. ¿Cómo hablar de lo que duele sin caer en oportunismo? ¿Cómo identificar lo que realmente importa? Respeto, empatía, sensibilidad, precisión… son esos valores que debemos perseguir aunque también nos golpee la realidad. Antero Greco, presentador de ESPN, cerró la emisión de SportsCenter con cuatro versos de la canción Pedaço de mim de Chico Buarque. Imposible no quebrarse.
Que a saudade é o pior tormento
É pior do que o esquecimento
A saudade é arrumar o quarto
Do filho que já morreu
Quedan las familias y 16 niños que resistieron el incendio, pero que tendrán que sobrevivir a la pena. Al igual que las historias de Chapecoense y Emiliano Sala, lo que les ocurrió a los Garotos de Fla no solo expone nuestra fragilidad sino que pone foco en muchos aspectos que el mundo del fútbol debe regular. No todo es brillo, dinero y gloria. Siempre que haya indicios de negligencia, habrá que exigir justicia.