La hora de sacarse la espinita
Cinco temporadas son ya. Cinco, desde que el Eibar disputase su primer encuentro de Primera División ante el Real Madrid en Ipurua. Un lustro en el que la afición eibarresa ha aguardado con nervios, emoción y sentimiento armero la llegada de uno de los mejores equipos del mundo a su campo de batalla. El estadio azulgrana siempre opone resistencia. No importa lo grande que seas. El Eibar dejó hace tiempo de ser David en un reino de ‘Goliats’ para convertirse en un oponente que sabe plantar cara a cualquiera que se le ponga por delante. Sin embargo, la espina de ganar a un grande, al Madrid en concreto, siempre se ha mantenido ahí, como el gran reto.
El conjunto de Solari llega como un torpedo. Con un pleno de victorias con las que el nuevo entrenador merengue ha redactado una carta de presentación envidiable para muchos. Con bajas, pero con estrellas por doquier. ¿Quién se acuerda ya de Cristiano? El Madrid está muy lejos de su objetivo, y con la herida abierta: el peligro aumenta para los de Mendilbar de manera exponencial. Toca ganar. Y para ello, harán falta tres factores: el partido deberá comenzar desde la hora del desayuno. El equipo necesita mirar lo que hace, y no al rival. Y, sobre todo, la afición del Eibar deberá desbordar Ipurua, haciendo llegar sus gritos hasta el mismísimo alto de Areitio, donde irá ubicada la nueva ciudad deportiva. Solo así, y quizás también, con una pizca de suerte, al fin se le pueda hincar el diente a un Madrid que deberá bajar al barro.