Ya no es el equipo de Lopetegui

La agitación de la Champions y la menor entidad del rival dibujaron un panorama halagüeño para el Madrid de Lopetegui. Aunque este ya no es el equipo que planeó Julen, aquel que dominaba los partidos, presionaba arriba, robaba y se mostraba seguro a pesar de la falta de gol congénita. El Madrid de ahora es un equipo de urgencias, afectado por la desconfianza que se ha instaurado en el vestuario, no están para lujos. Los chicos del Plzen se sobrepusieron al arreón ambiental y fueron capaces de plantarse varias veces en el área pequeña de Keylor, que sigue indultado por el técnico en Europa (lo cual afecta a la confianza de Courtois), y provocaron la incertidumbre y los pitos que sonaron al descanso en la grada. Los blancos hicieron un gol y gracias, desaprovechando hasta algún inocente regalo de los checos. Marcar cuesta un infinito. Lo hizo Benzema, que no anotaba desde hacía mes y medio (logró un doblete ante el Leganés), y fue celebrado como el maná en el desierto, síntoma de la época de carestía que se atraviesa. Por lo demás el equipo jugó a tirones, sin tener el control del choque en ningún momento. La segunda mitad comenzó peor, con dos ocasiones claras del rival que desataron de nuevo el viento en la grada.

La gente estaba desasosegada, al borde de la bronca y con ganas de protestar. A pesar de llegar el sempiterno gol de Marcelo, la cosa no se calmó, porque el Madrid no sentencia ni controla. Encajó un gol, sufrió y volvió a despertar el fantasma de las dudas. Las que tienen en la cuerda floja a Lopetegui.