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Sin el referente Isco, España y el Madrid se minimizan

La falta de educación. Puedes hacer la peor media hora en casa de tu historia reciente como Selección, puedes aprender a valorar lo que supone estar 20 partidos invicto en la era Lopetegui como seleccionador, puedes aplaudir la intención de remontada aunque no se haya logrado, pero lo que nunca se puede pasar por alto es pitar un himno nacional, sea cual sea, que es una falta de respeto, una forma gratuita de herir sentimientos y de no entender las normas más básicas del respeto a esa melodía que representa a millones de personas. Luis Rubiales está tardando en censurar a los muchos o pocos que en el Benito Villamarín abochornaron al fútbol español con unos pitos injustificables.

Las fichas de dominó. Un entrenador me dijo una vez que lo difícil es separar el juego y no entender el fútbol como esas fichas de dominó, que cuando cae una, caen todas en cascada. La presión de España fue una broma. Tendemos a quedarnos con la foto final de los goles encajados, donde los señalados suelen ser los defensas o el portero, pero no hay más que mirar con perspectiva los tres goles ingleses para darse cuenta de que los problemas no sólo estuvieron en el mal desempeño de Nacho o Ramos y mucho menos en la responsabilidad de De Gea, que fue nula. El centro del campo, con un desconocido Busquets, Saúl y Thiago, también estuvo horroroso.

La gestión del descanso. Aunque sonase mal su frase en la sala de Prensa, Luis Enrique evitó la bronca y buscó la complicidad de sus futbolistas con el 0-3. Puede que también su deficiente gestión del equipo en el primer tiempo merezca la misma indulgencia de sus futbolistas y de la crítica.

El factor Isco. Trazando un significativo paralelismo entre las dos versiones de la Selección y del Real Madrid nos encontramos con la ausencia de Isco como punto en común. No es casual. La personalidad para querer el balón y para asumir galones en los partidos importantes es patrimonio sólo de algunos jugadores. El malagueño es de esos. Al Madrid se le ha ido Cristiano y a la Selección, Silva e Iniesta. Hablamos de jerarquía. Cuando el Madrid de Lopetegui, ante el Roma, y la Selección de Luis Enrique, en Inglaterra y ante Croacia, han jugado a un gran nivel siempre ha coincidido con su presencia y su liderazgo en el juego. Cuando Julen ha intentado analizar el apagón del Madrid siempre ha pensado que el interruptor más necesario era Isco. Luis Enrique debe pensar lo mismo. Asensio ha tenido la oportunidad de asumir ese papel y aún no lo ha hecho.