Griezmann, compra ya el esmoquin
Griezmann debe ir encargándose el traje de gala para cuando le den el Balón de Oro. Anoche ante el Brujas salvó los muebles de un Atlético que regaló el primer tiempo por una táctica de Simeone complicada de entender, jugando con tres centrales y Saúl de lateral izquierdo. Menos mal que Griezmann se puso las botas de sus mejores noches y volvió a demostrar —en contra de lo que dice Sergio Ramos— que se puede sentar a cualquier mesa del fútbol mundial y hasta ser su invitado de honor. Al final los tres puntos que caen en el talego cholista le permiten afrontar una primera fase de esta Champions bastante más tranquila, ya que cuando el marcador iba con empate el fantasma del Qarabag apareció por las gradas del feudo rojiblanco.
En el segundo tiempo las cosas cambiaron, en especial en la pizarra del Cholo. Debido a la lesión de Giménez, se llevó a Lucas de central y sacó a Filipe Luis para la zona izquierda y Saúl fue un cuarto centrocampista. Además, Rodrigo dio coherencia al fútbol madrileño y ya el Brujas tiró la toalla, asumiendo que poco podía hacer. Llegaron otros dos goles y la fiesta en el Wanda Metropolitano fue total. Ya solamente faltan otras seis citas europeas en el estadio para ver cumplido el sueño de ganar la Champions, pero la realidad es que el equipo todavía sigue en proceso de encontrar sus señas de identidad y en muchas ocasiones abusa de echarse hacia atrás o del toque lento en el centro del campo.