A Saúl se le caen los goles
Cuatro jugadores del Madrid, uno del Barça, uno del Atleti, uno del Valencia, uno del Celta, uno del Chelsea, uno del Bayern de Munich y otro del Manchester United. Así estuvo compuesto el primer once de Luis Enrique. Solo repitieron cinco titulares del partido desastroso ante Rusia. Con estos mimbres tiene que hacer un equipo. Eso no es sencillo. En absoluto. Hubo cosas buenas y también otras a mejorar. La Roja acaba de perder a Piqué, Iniesta y Silva, tres de las piezas fundamentales de aquel equipo campeón. Antes se fue Xavi, otro definidor del modelo, otro apóstol del tiqui taca junto al manchego y el canario. Esta es otra España y Thiago, Saúl e Isco son distintos a esos tres campeones del mundo y deben escribir su historia en la Selección, ojalá también plagada de triunfos de la mano de Luis Enrique.
Saúl evidenció en Wembley la tremenda injusticia de su no alineación ni un minuto en el Mundial de Rusia. Luis Enrique sí sabe que el medio del Atleti es uno de los mejores llegadores de Europa y que su fútbol ofrece esos matices que el asturiano busca para que España no sea previsible. A Saúl se le caen los goles y los disparos desde fuera del área. Además del tanto del empate, tiró dos veces desde lejos con potencia entre los tres palos, algo raro de ver en la versión nihilista del tiqui taca, en la del toque como búsqueda de la nada en lo que se convirtió España en Rusia 2018.
El nuevo seleccionador aspira a la posesión también, pero busca profundidad y verticalidad y, por momentos, lo consiguió en Wembley, donde volvió a hacer historia ganando como en 1981. 1-2. El mismo resultado. Entonces marcaron Satrustegui y Zamora, un buen ariete y un gran llegador. En 2018 han marcado Rodrigo Moreno y Saúl, otro buen ariete y otro gran llegador.