La estrategia letal de Inglaterra
Avanza Inglaterra hasta semifinales, sostenida por su organización defensiva, la protección de Pickford, el mazo de Kane y su fortaleza en la estrategia. Los de Southgate han marcado ocho de sus 11 goles a balón parado (cuatro de córner, tres de penalti y uno de falta). Nadie ha mostrado este domino en un tipo de acción cada vez más trascendente en el fútbol actual.
Reúne todos los argumentos para imponerse en estas jugadas: buen pie de sus lanzadores (Trippier desde el perfil derecho y Young en el izquierdo), un sistema de bloqueos eficaz y futbolistas idóneos en sus filas. Stones, Maguire y Kane brillan como cabeceadores de altura. Inglaterra ejecuta 16 envíos a balón parado por partido en este Mundial, de los que logra rematar ocho. Busca el punto de penalti en la mitad de los casos (51%) como en el gol de Maguire a Suecia que comenzó a inclinar el encuentro. El resto de sus lanzamientos se reparten de la siguiente forma: 14% al primer palo, 19% al área pequeña y 16% al segundo palo. Ante Suecia volvió a manifestar cuál es su verdadero peligro. Los goles de Stones a Panamá y los de Kane a Túnez acreditan también la autoridad abrumadora de Inglaterra en la estrategia.
Bloqueo de Sterling y Granqvist demasiado lejos
Young centra desde la esquina. Maguire, Kane y Henderson se sitúan en el área y Ekdal, Augustinsson y Granqvist les fijan a cierta distancia. La única misión de Sterling en la jugada es ayudar en un posible bloqueo. Maguire se coloca justo detrás de él. Ekdal, que era el jugador más cercano por posición al central inglés, sigue a Kane. Debía ser su marca asignada.
Granqvist, muy lejos, es el que intenta rodear para alcanzar a Maguire, que termina rematando muy solo por detrás de Forsberg, el futbolista sueco que estaba junto a Sterling. Una jugada sencilla de ejecución y letal para Suecia.
