Suecia golea a México pero Corea la mete a octavos
La Selección Mexicana cayó 3-0 con Suecia, sin embargo, la derrota de Alemania contra Corea le dio el pase a octavos de final al conjunto del colombiano Juan Carlos Osorio.
La Selección de Juan Carlos Osorio pasó a los octavos de final del Mundial de Rusia 2018, pero no por mérito propio. México dio su peor actuación: derrota de 3-0 ante Suecia y aunque la tribuna celebró en las gradas, hubo llanto entre los jugadores. A Edson Álvarez, por ejemplo, lo levantaron del suelo sus compañeros.
La victoria de Corea del Sur sobre Alemania le dio a México el pase a la siguiente fase. Una historia que se puede contar por partes, porque el viaje entre la vida y la muerte no puede ser explicado de otra manera...
Capítulo 1. Sufrimiento. Suecia es fuerte por arriba. A eso hay que sumarle el inicio nervioso de México. Jesús Gallardo fue amonestado en apenas unos segundos de juego. Y de esa falta surgió la primera de peligro, un centro, de cabeza por supuesto, que Andreas Granqvist no alcanzó a rematar.
Guillermo Ochoa tomó el balón en la línea del área grande. El árbitro consideró que es fuera. El derechazo potente de Emil Forsberg fue sacado por el arquero mexicano sobre la raya, al ‘5. Otra vez por aire: tiro de esquina pasado, recentro de Granqvist y la chilena descompuesta de Marcus Berg pasó apenas por un costado, al ‘11.
La afición también jugó su partido. Por eso, cuando Javier Hernández falló un balón, apareció el apoyo: “¡Chícharo, Chícharo!”. Y el atacante respondió de inmediato con una barrida para recuperar. La bola le quedó al “Chucky” Lozano, que tocó hacia Carlos Vela. Recorte al centro. Zurdazo a centímetros del poste. La única de México, al ‘16.
Capítulo 2. Angustia. Pelota sin mayor complicación. Al menos eso aparenta. Javier Hernández cortó en área propia. Se ayudó con la mano. El árbitro dejó pasar y señaló el posterior tiro de esquina. Hubo reclamos. Se pidió revisión en video. El VAR ha traído nuevas emociones al futbol moderno.
La Arena Ekaterimburgo entró en un tenso silencio. Los miles de mexicanos callaron. El árbitro argentino Néstor Pitana fue a la orilla del campo, hizo la consulta de imágenes sobre la mano dentro del área. Volvió al terreno de juego. Señaló el banderín y no el punto de pena máxima. Felicidad azteca. Frustración sueca, al minuto 28.
Por arriba, Suecia hizo lo que quiso. Luego del enésimo centro en el partido, Marcus Berg remató y Guillermo Ochoa tapó sobre la línea, al ‘30. Y todavía al ‘45, descolgada del propio Berg. Defensa mal parada. Zurdazo que pegó en las redes... por fuera del arco.
Capítulo 3. Drama. México corrió con suerte. Tal vez demasiada. Ni la buena ni la mala son eternas. Tarde o temprano, se acaban. Larsson abrió a la derecha para Berg. El servicio es raso. En el corazón del área. Claesson rebanó. Con tanta fortuna, que le quedó a Ludwig Augustinsson. Ochoa alcanzó a meter el brazo, pero terminó en las redes. Gol de Suecia, al ‘50.
México estaba contra la pared. Con la derrota, se abría la posibilidad de quedar eliminado de la Copa del Mundo. Momentos de total descontrol. Penalti para Suiza, el capitán Andreas Granqvist cobró seguro. Potente disparo de derecha. El arquero adivinó la trayectoria, pero fue imposible. El 2-0 para Suecia, al ‘61. Ahora, el Tricolor ya no depende de sí mismo para seguir adelante.
Capítulo 4. Agonía. Nervios. Fallas. Imprecisión. Ni pies ni cabeza. El extraordinario trabajo de los dos primeros partidos se perdió en el último de la primera fase. Saque de manos que se cobra largo. Por arriba, otra vez, Thelin le ganó a Moreno. Peinó al área chica.
Édson Álvarez, abanicó en el intento de despeje. En la otra pierna, el balón le rebota. Lentamente cruzó la línea, al ‘74. Gol de Suecia. El tercero de una tarde fatídica en Ekaterimburgo. Parece una sentencia definitiva, que aniquila la ilusión. El Tricolor dependía de lo que estaba ocurriendo en Kazan. Con el 0-0 entre Corea del Sur y Alemania, actual campeón, bastaba un gol teutón para que México le dijera adiós al Mundial.
Capítulo 5. Resurrección. Los minutos finales fueron de absoluto desánimo. En la cancha, nada que hacer. México dio una pobre exhibición. Todo estaba perdido.
Entonces, alguien recuerda que si la lucha estaba perdida ahí, quedaba un frente más. En las gradas, los mexicanos fueron a sus celulares. Refresh. Refresh. Con desesperación, se busca el resultado. Y de repente, la cerveza vuela. Una escena de triunfo, como en Luzhniki contra Alemania o ante Corea en Rostov. Abrazos infinitos. Celebración de vida. No por lo que ven en la cancha, sino en una pantalla: gol de Corea del Sur.
Los asiáticos, en Kazan, sentenciaron la eliminación del campeón del mundo y dieron vida a México que sigue adelante con ayuda, sufrimiento, angustia, drama y agonía...