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Rubiales acierta en un desastre sin precedentes

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No hay arreglo posible para el disparate que deja a España en una lamentable situación antes del Mundial, pero el desastre merecía decisiones inmediatas. Las tomó Luis Rubiales, nuevo presidente de la Federación Española, y acertó. Todos los actores de esta infame situación salen beneficiados.

El Real Madrid tiene al entrenador que quiere en el momento que más le necesita, con el tiempo y la disponibilidad que se requiere. Es un momento delicado para el club, con numerosas cuestiones por resolver, desde la incertidumbre que suscitan los casos de Bale, Cristiano Ronaldo y Keylor hasta la tramitación de los nuevos fichajes, entre los que no se descarta el de Neymar. En medio se encuentra un grupo de prometedores futbolistas, varios de ellos -Vallejo, Llorente, Ceballos y Mayoral- tutelados por Lopetegui en la Federación Española. Son cuestiones extremadamente complejas que requieren la máxima energía y dedicación. Desde esa vertiente, el Real Madrid sale favorecido por el despido de Lopetegui.

También beneficia a Lopetegui la decisión federativa. El golpazo de la noticia de su fichaje ha descolocado a todo el mundo. Al primero que desenfoca el shock es a Lopetegui. Su posición es radicalmente contraria al del entrenador que dirigió con éxito la fase de clasificación. Entonces era el líder de la selección. Ahora es el entrenador del Real Madrid. No se pueden cabalgar dos caballos en la competición más importante del mundo. A la selección le conviene lo mismo que al Real Madrid: máxima dedicación y mínimas distracciones. Las distracciones asociadas a Lopetegui después del comunicado del Real Madrid se antojaban abrumadoras.

La decisión de Rubiales es la más coherente y la más eficaz para el futuro de la Federación Española, ninguneada en las negociaciones del Real Madrid con Lopetegui, cuyo contrato expiraba en 2020. Establece un criterio de funcionamiento y envía un mensaje a futuros navegantes. Cualquier debilidad, y mantener a Lopetegui era un síntoma de extrema debilidad, significaría un precedente para futuros casos similares. Aunque el desastre está consumado, el recién estrenado gobierno federativo ha preferido la firmeza y la contundencia a las diplomáticas concesiones que más pronto que tarde se rebelarían en su contra.

El equipo también sale aliviado, aunque con un costurón de campeonato. España perdió su condición de favorito en el momento que se conoció la noticia del fichaje de Lopetegui por el Real Madrid. El estruendo del tsunami descolocó a todo el mundo. La continuidad de Lopetegui mantenía el foco fuera de lo esencial: el equipo y la Copa del Mundo. Significaba jugar el Mundial con un hándicap brutal, todo lo contrario de lo que conviene. Si algo convenía a la Selección, y más que nunca en este patético momento, era liberarse de peso y centrarse en la complicadísima aventura que le espera.