Goles de Marcelo y Asensio y poco más
Buen resultado en Múnich, muy bueno, pero de poco más puede presumir el Madrid. Si acaso, de resistir la carga del Bayern que fue intensa a ratos, sobre todo cuando el partido se acercaba a su final. Una carga especialmente peligrosa por el lado izquierdo, donde vimos a Ribéry rejuvenecido diez años. Encarador, acertado, insistente, rápido... Le dio la noche a Carvajal, que acabó saliendo fuera por una molestia muscular; a partir de entonces el encargo le cayó a Lucas Vázquez, que también lo pasó mal, aunque ni uno ni otro llegaron a naufragar. Pero ahora que ha pasado el susto hay que decir que dio gusto ver de nuevo al gran Ribéry.
Heynckes salió con atrevimiento, con un ataque de cinco de los del periodo clásico: Robben, Muller, Lewandosky, James y Ribéry. Impresionaba. Se le estropeó porque pronto tuvo lesión muscular Robben, lo que dio entrada a Thiago. El Madrid, a cambio, salió con un solo delantero, Cristiano, al que apenas encontró la línea de cuatro que tenía que servirle, Lucas Vázquez, Modric, Kroos e Isco. Este jugó en la izquierda, en misiones que reclamaban a Asensio, al que acabó dando paso tras el descanso. Pero ni antes ni después se hizo el Madrid con el partido. Un ratito corto, justo hasta el gol del Bayern, y nada más.
El único gol del Bayern fue una salida fulgurante por el lado de Marcelo, que acabó en tiro de Kimmich ante el que Keylor se regaló, porque esperaba el centro. El Madrid respondió antes del descanso, vía Marcelo, que cazó un tirazo cruzado en una jugada de tantas, y remontó en la segunda mitad gracias a un regalo de Rafinha, que propició un contraataque dos contra uno que bordaron Lucas Vázquez y Asensio, con perfecta finalización de este, a lo Salah. Lo demás fueron apretones del Bayern, errores del Madrid en la salida y ganas de que corriera el reloj. No corrió, en días así va despacio, pero por fin acabó el partido y quedó eso, el 1-2.