Golpe de Valverde a sus críticos en la directiva de Barcelona
El técnico estuvo brillante en el planteamiento y sus jugadores le siguieron el día que algunos directivos deslizaron que su puesto podía peligrar. El doblete lo refuerza en su cargo.
A Ernesto Valverde no se le vio mucho en las celebraciones de la trigésima Copa del Barça. Va con su perfil. Un técnico discreto suele adoptar un papel discreto en las fiestas. Pero él ya había hecho su trabajo. El día que, de manera insospechada y seguramente inoportuna, la directiva había deslizado que su continuidad en el cargo no era tan segura como pudiese pensarse, el Txingurri planteó un partido perfecto y sus jugadores le siguieron para firmar, seguramente, la actuación más brillante de la temporada del Barça. Un golpe a ese sector de la directiva que no le ve con buenos ojos y que había planteado un relevo con vistas a la próxima temporada.
Lo de Roma no se ha olvidado. Esa espina perseguirá durante un tiempo a Valverde, que esa noche descubrió lo duro que es dirigir a un equipo gigantesco como el Barcelona. Su plan, por conservador, no estuvo a la altura de la grandeza del club. Tampoco el espíritu que demostraron sus jugadores. Será la mancha de su primera temporada en el banquillo del Barça en la que, por lo demás, ha dado lecciones de gestión de capital humano. Arrasado por el Madrid en agosto, Valverde reconstruyó un equipo que estaba en ruinas y que, después de perder a Neymar y amenazar con siniestro total, no ha perdido en Liga en toda la temporada y ha completado un año casi perfecto. Es posible que lo de Roma, visto lo visto, se convierta en el futuro en el mejor aprendizaje de este curso 2017-18.
El 3-0 del Olímpico, sin embargo, había puesto nervioso a un sector de la directiva. El mismo día de la final de Copa, Mundo Deportivo había informado de que Josep Maria Bartomeu se planteaba prescindir de Valverde si perdía la final contra el Sevilla, “e incluso con el doblete”. Lejos de entrar en pánico, el técnico mantuvo el pulso y el plan de la final. El Barça jugó un partido maravilloso en el que desmontó al Sevilla con un fútbol agresivo, preciso y hasta estético. Los azulgrana tuvieron incluso ese punto de brillantez que recordó los mejores días del Barça y que se han echado algo de menos en un equipo, el de este año, que ha sido más pragmático.
Valverde, pues, ha dado un golpe a sus críticos en la planta noble y es lógico pensar que ahora las aguas volverán a su cauce. El técnico admitió en la rueda de prensa que no sabía qué decir de esas informaciones que habían trascendido. “Qué quieres que te diga”, contestó al periodista que le contestó. “Cuando firmé por el Barça ya sabía lo que conllevaba”. Salvo hecatombe, Valverde seguirá. Y lo hará después de haber sumado el octavo doblete en la historia del club. Con méritos innegables y con lecciones aprendidas. Con ganas de demostrar que aquella frase de “profundizar en el estilo” de la que habló el día de la presentación tenía contenido. Valverde tiene grandes retos en la temporada 2018-19. Pero si el punto de partido es la final de Copa, será un proyecto ilusionante.