¡Imanol, quédate!
Quizá sea menos brillante con el balón. Quizá sea menos vistosa que la Real Sociedad de Eusebio Sacristán. Aunque todo eso es muy debatible, porque al triunfo contra el Atlético de Madrid se le puede poner cualquier calificativo de espectacular para arriba. Sublime. Perfecta. Lo que ustedes quieran. Se han ganado el derecho a venirse arriba. Pero lo que sí ha logrado Imanol Alguacil es recuperar a la Real de siempre, la que pone de entrada mucha intensidad, mucha garra, y una notable seguridad defensiva. Y a partir de ahí llega todo lo demás, y todo lo demás con esta plantilla txuri-urdin, si están tan enchufados como en la tarde ayer, puede ser maravilloso. Que lo fue.
Con todos esos argumentos, Alguacil ha logrado desarbolar a Simeone y a su casi inexpugnable entramado defensivo. Y sigue sin perder, con un empate y tres victorias. Y sin recibir un sólo gol en cuatro partidos. Y ha colocado a la Real a cinco puntos de Europa, volviendo a ilusionar a una afición, la de Anoeta, que estaba desencantada y casi desconectada. Pero ha llegado Imanol y lo ha cambiado todo. Y no hay que restarle nada de mérito. Todo lo contrario. Hay que darle mucho crédito. ¡Imanol, quédate! Como siga así, va a conseguir que todo San Sebastián se lo pida hasta de rodillas. Aunque honesto y gran tipo como nadie, el técnico de Orio insiste en que no está preparado y que está aprendiendo. Y lo dice modestamente un entrenador con cuatro partidos en Primera, pero que ha sido capaz de ‘merendarse’ a otros compañeros con más bagaje como Mendilibar, Machín, Jemez y Simeone. Pase lo que pase, Imanol, chapeau... y gracias.
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