El Bayern no dará su brazo a torcer...
El posible fichaje de Lewandowski por el Madrid, o por cualquier otro equipo del mundo, va a ser una nueva oportunidad para los dirigentes del Bayern de demostrar lo que siempre aseguran: que ellos son un club comprados y no vendedor. Una política que ya empezaron a utilizar por ejemplo en 2008 con Ribèry. Aquel verano, el Chelsea se presentó con una oferta de 80 millones por el internacional francés. Y pese a las ganas de éste de irse a Londres, se quedó en el conjunto muniqués.
Los dirigentes bávaros están muy encerrados en no dar su brazo a torcer. Rummenigge ya señaló esa postura días atrás en una entrevista en Kicker, en la que incluso aceptaba apuestas a que el polaco seguiría el año próximo en el club de la Säbener Strasse (la calle donde se asientan sus oficinas). Además, y contradiciendo a lo que dice Cerezo, presidente del Atleti, “al final, los jugadores juegan donde quieren”. Tanto Rumennigge como Hoennes quieren demostrar que ellos no son como el Dortmund, que en apenas seis meses se ha quedado sin dos de sus estrellas: Dembelé y Aubameyang. Los dos terminaron forzando sus salidas. Quieren dar un golpe en la mesa: no va a haber un ‘caso Dortmund’ en el Bayern. Pero...