Lucas apuntaba y Francia midió mal
Algo bueno ha debido hacer Lucas últimamente para que las luces de alarma se hayan encendido en Clairefontaine. O para que dos de las selecciones más potentes del planeta aceleren para intentar quedárselo. Deschamps viene viendo como irremediablemente un jugador por el que ha apostado tibiamente había decidido tomar otro camino y ahora le pone entre la espada y la pared. Pretende que sea el propio defensa el que, en público, reniegue de sus orígenes. Parece que con Lucas ni el seleccionador ni la Federación gala lo habían tenido tan claro, hasta ahora. Lucas lleva en la órbita de Les Blues desde hace más de seis años y todos conocían el riesgo que podía existir con un chico criado en España, capitán en las categorías inferiores de un club de referencia como el Atlético.
A muchos, desde la distancia, el no estar al cabo de la calle de lo que sucede en las inferiores les puede parecer este mal para Francia —la posible pérdida de una joya— un problema inevitable. Pero no es así. Los que se trabajan el día a día de las canteras, los directores técnicos de las federaciones, manejan o deberían estas contingencias. Con Lucas Francia no calculó bien y él ya ha manifestado que se considera español. Por eso inició los trámites para obtener la nacionalidad y con eso le debería haber bastado a Deschamps. Pero el Mundial está a la vista y todavía no tiene el pasaporte español. El defensa debe decidir...