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GIOVANNI HERNÁNDEZ

“Hoy los jugadores están más pendientes de la belleza”

El DT del Atlético FC, criticó los manejos en el fútbol actual; la falta de formación de base; sostuvo que es más importante la práctica que la teoría, y tiró: “Hay gente que le está haciendo daño al fútbol”.

Giovanni Hernández
AS COLOMBIA

Desde las etapas formativas, se avizoraba que Giovanni Hernández tendría un alto vuelo. Tocado por el don para hacer magia con el balón, a través de las repeticiones, convirtió la práctica en algo ágil y automático. Guardó la vincha, las manillas, se rebajó el cabello, y hoy en día luce con lentes de aumento; mantiene su característica chispa, pero ahora con una mayor dosis de crítica, hacia el fútbol, en lo técnico y lo conductual.

‘El Príncipe’, está viviendo su cuarta experiencia como entrenador, luego de haber orientado al desaparecido Uniautónoma, Real Cartagena y al Junior. Es el guía del Atlético FC, que tiene un inicio esperanzador en el campeonato del Ascenso: ha sumado 7 puntos de 12 disputados y se ubica en la cuarta casilla. El domingo, en la más reciente jornada, vencieron 2-0 al equipo de la heroica, en el Pascual Guerrero. Giovanni Hernández, dialogó con AS.

El Atlético: “Estamos en construcción. Este es un grupo de muchachos que quiere darse a conocer en Colombia, y tenemos tres o cuatro jugadores de experiencia. Vamos de a poco. Lo importante es que tienen actitud, sin ello, no se puede jugar al fútbol. Ello también incluye, dejar el ego y poner el ciento por ciento de concentración en los trabajos. Vamos por buen camino y de a poco, trabajando mucho en la parte táctica, que es el pan de cada día. Sin embargo, hoy es muy complicado, porque los jugadores llegan con conceptos muy errados”.

Antes era más complejo llegar a la profesional: “Desde que los niños van creciendo, sus padres quieren que sean futbolistas. A nivel económico, puede ser la salvación de las familias. Sin embargo, no se está preparando al ser humano, por eso, hoy señalamos a muchos jugadores. Con todo el respeto del mundo, creo que hoy juega cualquiera y también hay jugadores con muchísimo talento, que los hacen a un lado y se tienen que retirar. Por eso, en ocasiones, no se ven jugadores con mucho talento. Un jugador con valores, marca la diferencia”.

La falta de prioridades de los jugadores: “He dirigido jugadores con mucho ego, y ese ego, los ha llevado al abismo, a creer que son los mejores, cuando no han ganado absolutamente nada, y ese ego, los lleva a presumir cuál es el que más gana dinero, el que mejor viste o el más bonito. Estoy en desacuerdo con que haya gente que está manejando hoy el fútbol, y que no sabe absolutamente nada de eso, y permiten que traigan jugadores tras jugadores, y no saben cuál es la utilidad. Quiero que traigan jugadores para que la gente se deleite”.

Los intereses en el fútbol: “Hay gente que le está haciendo daño al fútbol. Con menos talento, juegan muchos. Cuando hay un equipo formado, lo desintegran, para llevar siete u ocho jugadores, para volver nuevamente a construir un equipo. También sucede que los entrenadores, ya en la profesional, deben estarle enseñando a los jugadores, cómo tienen que pararse, trasladarse, hacer una cobertura… los conceptos básicos. Los que manejan el fútbol, tienen que saber de fútbol, de lo contrario, llegan otros a decir que saquen varios jugadores, para poner a otros”.

Los estilos de los entrenadores: “Hay técnicos motivadores, cibernéticos, tácticos, líricos. Hay unos que hablan y hablan y ganan, y otros que trabajar y trabajan y no ganan. Yo me identifico con el que educa, el que les enseña a los jugadores que tienen que vivir para el fútbol, no vivir del fútbol. Hoy los jugadores están más pendientes de la belleza, que de trabajar como burros, pensando siempre en un buen futuro. A mí me gusta enseñar y también aprendo de estos jugadores que desean salir adelante. El entrenador hoy en día tiene que educar. Lo ideal sería que en el momento en el que uno suba a un jugador a la profesional, ya sepa cómo jugar, pero no está pasando eso”.

El mal ejemplo de un entrenador: “Tuve un técnico que no hacía absolutamente nada, y mandaba al asistente y al preparador físico a trabajar, mientras él se quedaba en una banca, bronceándose. Así es muy difícil. Los libros ayudan mucho a tener léxico, pero me encanta hacer más en la cancha. Voy a perder y a ganar, pero ese es el fútbol”.

Práctica vs teoría: “A mí siempre me han señalado, diciendo que hay que estudiar. A mí me gusta ver buenos partidos, para aprender. Y a veces, a nivel teórico se habla de lo mismo y no se aprende nada. Respeto mucho, pero también, entro en contienda cuando se cree que 30 cartones valen más que otra cosa. Sin embargo, disfrutar de un camerino, estar en tantas concentraciones; el haber tenido 30 o 40 entrenadores a nivel profesional, es fructífero. Es muy lindo hablar, pero me gustan más las personas que además de la terminología, enseñan a través de la práctica. Estamos aprendiendo en esto del fútbol”.

Su insistencia por consolidarse como DT: “Cuando jugaba al fútbol, fui capitán de muchos equipos, y cuando un capitán sabe liderar, es un técnico. Cuando atacaba, sabía cómo lo tenía que hacer, y cuando me atacaban, giraba y sabía cómo nos iban a atacar. Eso no lo enseña un libro”.

Su experiencia dirigiendo al Junior: “Estaba esperando dirigir al Junior en una pretemporada. Pedí seis o siete jugadores. Todos hablan de que no me fue bien, pero, vendieron a Vladimir Hernández en el proceso mío; llegamos a la final de la Copa Águila frente a Nacional. Los llevamos a estar entre los mejores ocho de Suramérica, o no me fue bien porque no clasificamos entre los ocho. Puedo decir que me fue muy bien. Quedamos con más del 51 por ciento de rendimiento, pese a que agarré un equipo que no lo trabajé yo, y que solo permitía charlas, porque jugábamos cada 48 o 72 horas. Me dijeron que había 28 jugadores, pero 8 estaban lesionados. Cuando pedí los jugadores, se tomó la decisión de que no continuara”.

Los valores de crianza: “He tenido problemas en todos los aspectos, pero muchísimos, que los guardo en la intimidad. Gustavo Moreno Arango, me formó como jugador, cosa que no hacen en la actualidad. Todos los clubes tienen casa hogar, entonces, formen a los jugadores, para que sepan qué hacer cuando reciban la plata. No fui el mejor, pero tampoco el peor. Hice buenas y malas inversiones. He errado mucho, muchísimo, pero han sido más las cosas buenas que las malas. Me considero un buen hijo de Dios, pero peleo por mis jugadores y como futbolista, lo hice por mis compañeros. No se lidera con dinero, con fama o con la mejor ropa. Por eso, uno les aprende tanto a los técnicos veteranos”.