Y por fin se cumplió el milagro

El punto logrado por Las Palmas sabe a mucho, a muchísimo al ser ante uno de los mejores equipos del mundo. Nadie contaba con ello y por eso sabe a mucho más que a gloria. Se defendió con mucha garra un empate que, quizás, puede valer oro si ayuda a los isleños a superarse en próximas jornadas y creer que es posible tras lo visto ante los culés. Entró algo nerviosa Las Palmas, que no era capaz de dar dos pases seguidos y donde los errores facilitaban la llegada de los blaugrana, que propiciaron que Chichizola fuera el protagonista parándole primero a Luis Suárez y luego a Messi de falta, pero a la tercera, tras una de las faltas de los defensores amarillos, que no le podían parar de otra manera a Lionel, fue la vencida. Magistral lanzamiento del argentino ante lo que sólo se pudo mirar y aplaudir, como buenos deportistas, porque fue simplemente imparable. Pura magia. De resto, en los primeros 45 minutos, un quiero y no puedo de los de Paco Jémez y los de Valverde aprovechándose de los fallos de los locales para crear peligro. Cada vez que metía una marcha más se masticaba la tragedia.

Pero las cosas cambiaron tras la reanudación y no pudo empezar de mejor manera para los grancanarios porque un penalti justo y lanzado con potencia y fe por Calleri puso las tablas. El delirio y el cántico del “sí se puede” desbordó a los files del Gran Canaria, muy necesitados de este tipo de alegrías, que ayudaron a los suyos para que llegaran los mejores minutos. Hasta creyeron posible poder hasta ganar, pero no pudo ser. Se dejaron el alma para que no les perforaran la meta nuevamente, y bien que lo lograron. ¡Grandes!