No es penalti ni sobre Kroos ni el de Ramos
Lo peor que le puede pasar a un árbitro en un encuentro es tener que interpretar. Eso es lo que le ocurrió a Rocchi, que aún así llevó el tempo de partido con seguridad y autoridad.
Penaltis. Nada más empezar el partido, Kroos se tiró en el área con una entrada de Yuri. No fue nada. Luego, en el 45’ se volvió a tirar por segunda vez con Lo Celso. No fue ninguno. Como tampoco lo fue el brazo de Ramos a disparo de Rabiot. Tenía la mano en una posición natural.
Tarjetas. Acertó con las amonestaciones a Neymar (14’), Lo Celso (25’) Isco (32’), Nacho (78’) y Meunier (90’). La única en la que se equivocó por la interpretación fue con la de Rabiot (64’) porque Modric engañó al árbitro. Eso sí, podía haber sacado la segunda perfectamente a Neymar en el 62’. Fingió una falta de Casemiro y era su segunda tarjeta.
Los fueras de juego. Hubo dos que en España vemos cómo no se están sancionando, pero en este partido se sancionaron. Aquí seguimos la norma a rajatabla y no lo pitamos si no interfiere en el juego o en el contrario. En UEFA vemos que si el balón está cerca del jugador en posición de fuera de juego, rápidamente se le sanciona sin esperar a las interferencias anteriormente citadas. Esta forma es mucho más fácil para un asistente, pero el problema es que hay una regla por detrás.