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El Madrid-PSG o la línea entre la gloria y la guillotina; rodarán cabezas

La madre de todas las eliminatorias. Llegó la hora. Un escarnio para el que tenga que abandonar la Champions y un subidón histórico para el que logre clasificarse. En clave madridista, otra vez la gloriosa Champions, el equipo que se transforma la piel en su competición fetiche, el campeón de campeones labrado a fuego en su historia pasada y reciente, el ADN blanco, la leyenda continúa... En clave parisina, la justificación a una inversión descomunal. Todo el dinero en el campo. El cambio de orden, con Neymar y M’Bappé como banderas. Para dominar el mundo hay que ganar la Champions. El PSG es un equipo de fútbol y un proyecto de estado.

La desmemoria. Malvivimos en los extremos. Para el Real Madrid no caben temporadas en blanco. Tres Champions de cuatro es una auténtica hazaña, pero al caviar se acostumbra uno con demasiada facilidad. La consistencia de los proyectos se ve en los momentos difíciles. Refrendar a Zizou, pasase lo que pasase en la eliminatoria, hubiese sido lo propio de un gran proyecto deportivo. Puede que Zidane pueda elegir cómo irse en caso de no pasar, pero, después de atisbarse un ciclo glorioso, en el Madrid se acabarán las temporadas sin fichajes sonados, se señalarán culpables para ponerle cara y ojos a la derrota, se cuestionará a Cristiano, vivir para ver, y Benzema ya no tendrá quién le escriba. El tránsito hacia el Mundial se hará muy largo y hasta querrán vender a Isco.

El único objetivo. En el caso del PSG, la competición doméstica es circunstancial. Sólo vale conquistar la Champions para justificar el pornográfico despilfrarro, las fiestas de Neymar, el futuro de Emery o para no emular a Guardiola y gastarse otro pastizal la próxima temporada en defensas, pagados a precio de goleadores. Del Madrid sigue deslumbrando el peso de su historia; del PSG, el aroma a Balón de Oro de Neymar y la eclosión de M’Bappé.

La bbC y la MCN. En las videotecas quedarán los goles y las virguerías de las estrellas de la eliminatoria, pero en realidad el éxito de Madrid y PSG pasa por la bbC y por la MCN. Más allá de su desequilibrio, se medirá si serán capaces de pensar en el equipo, de ser los defensas más adelantados, de ayudar en la parte menos grata del juego. Esta eliminatoria empieza a ganarse allí. La gloria está en su capacidad de inventar y la guillotina, en su capacidad de sufrir. Rodarán cabezas en el equipo que caiga eliminado.