Caracol Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

24 HORAS DE DAYTONA

Montoya termina 10 en Daytona; la victoria fue para Cadillac

La victoria fue para Albuquerque, Barbosa y Fittipaldi. Montoya terminó 10 con Penske; mientras que Alonso tuvo problemas de frenos.

Florida
Montoya termina 10 en Daytona; la victoria fue para Cadillac
Gerardo MoraEFE

Cadillac dominó la carrera, primero con el equipo de Van der Zande que salía desde la pole, después con Nasr, que finalmente terminó segundo junto a Conway, Curran y Middleton, pero sobre todo con el trío ganador, auténticas leyendas de la Resistencia en Estados Unidos.

Juan Pablo Montoya que corrió con uno de los Acura del equipo Penske terminó en el décimo puesto a 15 vueltas de los ganadores.

La victoria fue para el Cadillac número 5 de Mustang Sampling Racing con Albuquerque, ganador en 2016 en LMP2, Barbosa de 42 años, vencedor total en 2010 y 2014 y Fittipaldi, sobrino de Emerson, de 48 años y que se llevó la victoria ya en 2004 y 2014. Dos portugueses y un brasileño. Ellos fueron competitivos durante toda la carrera, luchando siempre por los primeros puestos y solo el Acura de Castroneves, Taylor y Rahal les puso en problemas, hasta que los tuvo su carro y cedieron posiciones. Terceros y primer LMP2 fueron Bennet, Braun, Dumas y Duval con un Oreca. Cuarto ya el otro coche de United Autosports con Bruno Senna y Paul Di Resta entre sus pilotos.

Ni siquiera levantaron la vista de su Budweiser o su hamburguesa o del hot dog Daytona, todos se quedaron mirando las pantallas, haciéndose fotos con las azafatas de WheatherTech o intentando ajustar una rueda Continental para ganar un reloj. Jugando. Disfrutando. Mientras empezaba a llover. Faltaba una hora para que las 24 Horas de Daytona terminasen y se esperaba un cambio de escenario, una última jugada del destino de estas carreras de Resistencia en las que se trata de viajar para llegar al mismo sitio lo más rápido y seguro posible.

No hubo cambios finalmente.
Ni Lando Norris pudo repetir la hazaña de la noche anterior cuando se metió en la piel de un joven Senna o un más joven aún Verstappen en Brasil hace dos años, por ejemplo. El compañero de Alonso voló en la lluvia, cuando llovió de verdad en Daytona. Querían más agua para el asturiano. Pero en vez de eso llegaron los problemas. Primero con Hanson, un pinchazo que destrozó medio carro. Y después con Fernando, por dos veces se quedó sin frenos a final de recta. Otra vez más, lo que pudo ser y no fue, de un podio que hubiera hecho sonreír de felicidad absoluta al genio astur, a la experiencia, las sensaciones y encontrar el lado positivo de la vida. 

Alonso dejó la clase, otra vez, fue siempre más rápido de lo que se esperaba de su auto, estuvo entre los mejores con un Ligier de segunda división e hizo sonreír a Daytona entera. Terminó, atrás, muy atrás su bólido en el stint final con Norris, apunten ese nombre. Para F1, para lo que él quiera, Le Mans por ejemplo.

Ampliar
Fernando Alonso