Alonso: "Me divierto más en Daytona que en la Fórmula 1"
Hablamos con Fernando Alonso en exclusiva antes de su primer reto del año, participar en las 24 Horas de Daytona. "En la F1 hay más estrés, pero es mi prioridad", dice.
-Y yo me pregunto… ¿Qué hace aquí en Daytona, Fernando?
-Bueno, jaja, nada, pasando las vacaciones en Florida.
-Vemos a otros pilotos de vacaciones y Alonso aquí jugándose la vida… Suena un poco raro para un piloto de Fórmula 1.
-Bueno creo que ahora todos estamos un poco en preparación para la temporada, uno está en la montaña, otro en el gimnasio, otro en bicicleta que es un poco lo que yo hago cuando estoy en Europa, pero creo que en la primera o segunda semana de enero hacer esto también es una buena preparación subirte a un coche y preparar los músculos, el cuello, todo lo que requiere la preparación de una carrera como esta de alto nivel y creo que ayuda a la preparación de la temporada de F1 y sobre todo es un momento divertido de carreras que a todos nos gusta.
-Entonces, con lo que me dice, ¿la Fórmula 1 sigue siendo su prioridad de verdad? ¿El primer objetivo?
-Sí, sí, sí, esta claro, que la Fórmula 1 es mi principal objetivo y para lo que me preparo. Pero si hay algún fin de semana en el que te subes a un coche, sobre todo en la pretemporada en la que en enero y febrero está bastante tranquila la cosa, y puedes participar en una carrera mítica en un sitio con mucha historia como Daytona, y a la vez prepararte en los músculos específicos que se utilizan pilotando un coche, pues creo que al final es una victoria doble.
-¿Divertirse es la máxima que guía su vida ahora?
-No, lo ha sido siempre, pero es cierto que ahora hay competiciones como esta de las 24 Horas de Daytona o el kárting que hicimos en diciembre que se pueden hacer y pasarlo bien. La exigencia la tenemos cada vez que subimos a un Fórmula 1. Allí la necesidad de hacerlo bien es mayor, hay patrocinadores, intereses... Cada test incluso tiene mucha exigencia en ese sentido y es seguido por millones de personas y es ahí donde tienes que dar el 100%. Y esto son carreras donde todo puede pasar. Son carreras más largas, de más tranquilidad y aquí tienes un poco más de diversión que en la Fórmula 1 donde hay más estrés.
-Ganar no puede porque su coche no es de primer nivel, aunque sea prototipo, no tiene el apoyo de una fábrica como Cadillac o Nissan. ¿A priori hasta dónde puede llegar?
-Es un misterio a dónde podemos llegar, no hay una previsión fácil. Pero por ejemplo, el equipo de United el año pasado clasificó el doce o trece en Le Mans y acabó cuarto. Casi se sube al podio. Son carreras muy largas, en las que debes cometer el mínimo de fallos posibles y esa es nuestra intención en la carrera. Cometer los menos fallos y ejecutar la carrera de manera perfecta para nosotros. Un cuarto, un séptimo o el once… Al menos terminar la carrera con una sonrisa de haber hecho el máximo por nuestra parte.
-Los dos chavales, Lando Norris y Phil Hanson, ¿qué piensan al verle ahí con ellos? ¿Es un poco ahí como el maestro?
-Jaja, no, no creo. ¿Qué maestro?
-No sé, como el señor Miyagi de Karate Kid se me ocurre.
-No, no creo. Escuchan cuando tengo algún comentario y pueden asentir porque seguramente tienes más experiencia y puedes decir cosas con más lógica. Pero a veces no tienen por qué ser las mejores, sobre todo con Phil que ya ha hecho las 24 Horas de Le Mans el año pasado y tiene más experiencia que nosotros. Somos nosotros los que escuchamos, tanto Lando como yo, le preguntamos sobre el cambio de piloto, dónde llegas, cuando te bajas, dónde vas luego… Un montón de cosas y casi estamos utilizando más a Phil para eso que tiene más experiencia de la que pueda tener yo.
-Aquí se ha reencontrado con su amigo Antonio Garcia con el que ya hizo en las 24 Horas de Montmeló, ¿cómo recuerda aquello?
-Un poco con la misma sensación que tengo ahora. Llegar a un sitio nuevo para nosotros, veníamos de la Fórmula Nissan, no teníamos experiencia, no sabíamos qué hacer, cuándo había que cambiar de piloto, cuándo había que dormir… Había que preguntar un poco a todo el mundo lo que había que hacer y ver qué pasaba. Y lo recuerdo también con mucho estrés porque íbamos con un Hyundai que era de la categoría más baja y pasamos mucho tiempo mirando los espejos a ver cómo venían los demás pasándonos. Aquí al menos tengo la suerte de estar en la máxima categoría que son los prototipos y mirar más hacia delante que hacia detrás.