Cousins (44+24+10) es una bestia: números inéditos desde 1972
El pívot se convierte en el quinto jugador con un 40+20+10 de la historia. Los Pelicans acabaron con los Bulls tras dos prórrogas y remontar 18 puntos en el último cuarto.
Entre los diez elegidos para disputar el All Star Game de Los Ángeles 2018 como titulares (hoy martes conoceremos los nombres de los 14 suplentes), puede que la presencia de DeMarcus Cousins fuese una de las más controvertidas. Actuaciones como la lograda esta última madrugada justifican su inclusión en el quinteto inicial. En un partido en el que los Pelicans remontaron 18 puntos a los Bulls en los últimos 7:33 minutos de partido (86-104) y que se acabaron llevando tras dos prórrogas (132-128), Boogie firmó unos números propios de otra época. Pertenecientes a una era casi prehistórica en la que los pívots más determinantes campaban a sus anchas imponiendo su fortaleza física.
En 51 minutos de acción (nueva marca personal), Cousins se disparó hasta los 44 puntos —con un 13/29 en tiros de campo, 5/11 en triples y 13/14 desde la línea—, 24 rebotes, 10 asistencias y 4 robos. Hay que remontarse al 26 de febrero de 1972 para toparnos con el hasta ahora último 40+20+10 visto en la NBA. Estaba aún en Milwaukee cuando Kareem Abdul-Jabbar unió su nombre al de un club formado por Wilt Chamberlain (único en lograr semejante barbaridad en más de una ocasión: hasta en seis ocasiones), Elgin Baylor y Oscar Robertson. Si subimos los baremos a un 44+24+10, descubrimos que sólo hay registradas otras cuatro actuaciones registradas a lo largo de la historia de la mejor Liga de baloncesto del planeta. Chamberlain, con tres, y Baylor ya no tienen la exclusividad.
Para poner contexto a lo logrado por DeMarcus ante los Bulls hemos retrocedido al menos medio siglo. Pero hay más. Ya son dos encuentros de al menos 40 tantos y 20 rechaces esta campaña (el primero fue el de su primera visita a Sacramento). Algo que no se veía desde Moses Malone en la campaña 1981-82. Una actuación monstruosa que hizo que hasta LeBron James olvidara por unos instantes la tensa situación que viven los Cavs para dedicarle un tuit en el que expresa su admiración por un jugador capaz de establecer una estadística para los anales en la misma noche en la que prefiere no meterse en medio cuando el rookie Lauri Markkanen va camino de comerse el aro. Para lo bueno y lo malo, DeMarcus Cousins es así. Y no va a cambiar.
Las torres gemelas
El rookie finlandés (14+17) fue de los más destacados en los de Chicago junto a Robin Lopez (22 tantos) y Jerian Grant (22+5+13 y un par de robos). No obstante, fueron los suplentes —entre los que Nikola Mirotic fue el mejor con 14 tantos en 25 minutos— quienes protagonizaron el arreón al comienzo del último periodo que dejó el partido de cara para los de Hoiberg. No supieron cerrarlo porque las Torres Gemelas de Nueva Orleans aportaron 24 tantos en dicho acto (Anthony Davis se fue hasta los 34+9+5 y 2 robos). Parecía que los locales se llevarían el triunfo, pero una personal de Darius Miller casi la bocina dio tres tiros libres con 114-112 a Justin Holiday (quien, por cierto, le ganó la partida a su hermano Jrue). Erró el último, por lo que tuvimos que irnos a un tiempo extra que no decidió nada más allá de dejar fuera del encuentro a Davis por faltas. No importó. 7 puntos de Cousins marcaron la diferencia para dar la victoria a unos pelícanos que se consolidan en la zona de playoffs. El premio para una actuación sobrenatural.