Si había un día adecuado para las confirmaciones, era este partido. Y salió claramente victorioso el Sevilla, que alarga la reacción que inició el miércoles ante el Atlético y se sitúa provisionalmente empatado con el Real Madrid, que marca la zona Champions . Le faltó la efectividad y el ímpetu del derbi al Espanyol, que en lugar de escalar posiciones se aleja por ahora dos puntos más de Europa, que queda ya a siete.
Luis Fernando Muriel volvió a marcar en un partido en el que jugó los noventa minutos. El delantero aportó en velocidad, desmarque y gol en un gran partido del equipo de Vincenzo Montella . Con esta anotación, Muriel llega a cuatro en LaLiga en 16 partidos jugados. El colombiano no marcaba desde el pasado 18 de noviembre en el juego ante el Celta de Vigo.
El partido Tan bien le había ido la Copa al Espanyol que Quique dio la primera titularidad en esta Liga a los héroes del derbi, Melendo y Diego López, certificando con este último el relevo en la portería. Pero al que realmente le sentó bien el triunfo copero en el Metropolitano fue al Sevilla. Repitió Montella alineación y, lejos de acusar el desgaste, mortificó a los pericos, proporcionándoles su propia medicina: repliegue, orden y salidas letales por velocidad. Tampoco necesitó mucho más. Había tenido el Espanyol la primera del partido, en un semifallo de Gerard en el área pequeña en un buen pase de Dídac, titular por la sanción de Aarón, que inmediatamente sería protagonista para mal. Lo fue al cuarto de hora, en el 0-1, que se originó en un mal despeje del lateral que recogía Correa para disparar a Diego López; el meta la rechazó como pudo pero dejó el balón muerto para que Franco Vázquez fusilara a portería vacía . También en la foto del 0-2, pasada la media hora, apareció Dídac, esta vez por una pérdida de la que sacó petróleo Sarabia, con potencia y calidad. Se plantó en el área, dribló a Fuego y Hermoso, y definió de maravilla ante Diego. Para entonces, dominaba ya el Sevilla tiempos, espacios y esfuerzos. El Espanyol apenas intimidó a balón parado y en un disparo desde el balcón del área de Fuego, que se marchó muy alto. Irreconocible el equipo que venía de cosechar una histórica victoria ante el Barcelona, que incluso recibió algunos silbidos cuando se empeñaba en combinar sin verticalidad. La sustitución de Melendo al descanso ejemplificó lo que le sucedía a toda la escuadra perica: a diferencia de la Copa, éste no era su día . Y se confirmó cuando trataron de reaccionar los pericos. Falló Baptistao a puerta vacía, desdeñando un regalo de Gerard , como acto seguido lo harían en menor medida Sergio García, revulsivo de lujo en un 4-3-3 más punzante, y Duarte, éste a la salida de un córner. Supo administrar su ventaja el Sevilla , como antes había sabido imponerse en el marcador, sin excesivos apuros y sin el cansancio físico propio de dos partidos en tres días y medio con la misma alineación. No en vano, a poco del final emuló Muriel la arrancada de Sarabia del 0-2, pero por la banda izquierda, para establecer el tercero . Tan bueno por méritos del colombiano como por demérito de la zaga perica. Montella ya respira. Quique liquida su buena racha. Hasta la vuelta de la Copa.