Nadal: "No me imagino jugando con la edad de Federer"
El de Manacor afronta 2018 con la confianza que le da haber recuperado el número uno mundial y conquistado Roland Garros y el US Open. As le proclamó el mejor deportista de la historia.
Cuando usted tenía 16 años dijo que le gustaban más la pista rápida y la hierba que la tierra (está en un vídeo), y que quería ser como Carlos Moyá. ¡Cómo ha cambiado el cuento..!
No he visto el vídeo, pero a pesar del éxito un poco exagerado que he tenido en tierra, yo no fui preparado para esa superficie. Mi tío Toni, cuando yo era pequeño, no me entrenó para ser un especialista en tierra, ni mentalmente ni tenísticamente. Ni, al contrario de lo que la gente piensa, me entrené tanto en arcilla. Es verdad que mi juego y los éxitos que conseguí al principio de mi carrera me llevaron a coger una gran confianza en ese terreno.
Pues parece raro...
Mi tenis se adapta muy bien, pero es verdad que me hacía ilusión jugar bien en hierba porque en aquella época llevábamos muchos años sin que nadie en España hubiera jugado bien ahí. Para mí era una gran ilusión y pensaba que podía hacerlo con garantías, porque al final cuando uno tiene la capacidad de querer mejorar, tiene la opción de hacerlo. El hacerlo tan bien en tierra motivó que me creciera también en hierba. Es un juego totalmente diferente, pero la confianza me ayudó. Fui adaptándome y disfrutando, aunque las rodillas últimamente no me lo han permitido. Este año me vi bien, me gusta y no se me da mal.
Esos eran sus sueños de adolescente, ¿ahora cuáles tiene, si le queda alguno?
Bueno, sueños ninguno, porque todo lo que me ha pasado ha superado con creces lo que había imaginado o soñado. Mi ilusión es siempre la misma, seguir sintiéndome competitivo cada año y seguir disfrutando de jugar al tenis. Tengo la suerte de que lo que hago me hace feliz. Si algún día dejo de tener esa sensación de felicidad cuando me esfuerzo para conseguir algo en mi deporte, será el momento de pensar en otra cosa. Mi objetivo es seguir estando con opciones de competir por las cosas que realmente me motivan el máximo tiempo posible.
Ha vuelto al número uno, un logro muy especial. ¿Le preocupa ahora mantenerlo o no es un objetivo en sí mismo?
A estas alturas de mi carrera, está bien que se me haya presentado la oportunidad de agarrar el número uno. La he aprovechado y me hace feliz, porque los resultados me han llevado a ello. Pero en ningún momento he perseguido ni voy a perseguir ese objetivo. Mi meta es seguir sano y pelear por estar competitivo, porque si eso ocurre tendré opciones de lograr cosas que me ilusionen. Si no es así, todo se complicará. Mi calendario y mis objetivos están enfocados a estar sano y a ser feliz, porque al final, ser número uno claro que me produce felicidad y es un logro más en mi carrera, pero es pasajera, lo importante, sobre todo a mi edad, es sentir que puedo entrenarme, estar preparado y competir.
¿Le motiva pensar que Federer sigue jugando a un nível altísimo con 36 años?
No me lo planteo. Cada uno tiene sus caminos y son diferentes. Creo que lo que es bueno para uno no tiene por qué serlo para el otro. Tengo 31 años y los 37 que cumplirá Federer me quedan muy lejos. Pienso en mi día a día, tampoco creo que él lo pensara hace seis. Después la vida de cada uno, su físico, su mente, le llevan hasta donde le tengan que llevar. Cuando yo tenía 26 años no pensaba si estaría jugando a los 31. Y ahora no me imagino jugando al tenis con la edad de Federer. Nunca se sabe, porque es un asunto de físico, de ilusión y de estar preparado.
Los números de récord del suizo los tiene cerca…
A nivel de Grand Slams yo no diría tanto, son tres, muchos. No es una cosa que me preocupe. Estoy feliz con lo que hago, si las cosas me salen bien y se presenta esa opción, fantástico. Pero cuando deje esto de las raquetas, no me dará más satisfacción haber adelantado a Roger si ocurre.
Hablemos de su tío Toni. En la carta que le dedicó en ‘El País’ decía que no fue muy dado al halago con usted…
Mi relación siempre ha sido buena. Mi tío es una persona sensible, pero a la vez con un carácter fuerte. La verdad es que era mucho más duro cuando yo era pequeño que después. Pero luego, hasta no hace mucho, fue una persona que marcó su camino y su forma de entender las cosas. No es alguien que te elogie gratuitamente. No te va a hacer creer que estás jugando bien si lo estás haciendo mal, y aunque momentáneamente autoengañarte sea beneficioso según en qué circunstancia, él no te va a dar una píldora para animarte en un momento determinado. Normalmente es crítico, en general, igual que yo, pero él más.
¿Alguna vez tuvieron algún problema entre ustedes?
No he podido tener a alguien mejor a mi lado, porque el carácter y el espíritu que he tenido en la pista, muchas de las situaciones complicadas que he superado, ha sido fruto de esos momentos que hemos vivido juntos y en los que él me ayudó a ser bueno en la vida y en el deporte. No puedo estar más que agradecido por todo lo que ha hecho por mí. Es la persona más importante de mi carrera.
¿Qué tal está yendo la transición con Carlos Moyá como entrenador?
Bien, ha sido un año fantástico en el que hemos trabajado muy bien y se ha formado un buen equipo con Toni y Francis (Roig). Trabajado en todos los sentidos. Ahora ya no habrá transición, ya comienzo temporada con Carlos. Con él es con quien planifico el calendario y los entrenamientos. Creo que es una época nueva, otro día a día al que hay que adaptarse. Intentaremos hacer las cosas de la mejor manera posible. Moyá ha venido con ideas que han funcionado, métodos de trabajo un poco nuevos que nos han venido bien a todos. En general, tenemos ilusión.
Una de las cosas en las que más ha mejorado es su segundo saque, fue el líder del año en puntos ganados en ese apartado. ¿Cómo lo ve?
Ha sido el año que mejor he hecho el segundo saque en toda mi carrera. Aumenté unos cuantos kilómetros por hora de media el servicio y en general, creo que saqué mejor quizás el segundo que el primer servicio. Puedo decir incluso que gané muchos puntos casi gratis. Habrá que seguir apuntalando eso, porque en mi carrera hay dos cosas vitales, el saque y el resto. Donde empiezan los puntos y donde tengo que atacar para no tener que correr más de la cuenta. El resto este año ha sido muy positivo.
¿Cómo tiene usted tanta capacidad para recordar sus partidos, estadísticas, datos…?
Antes tenía incluso más. Después de los partidos lo recordaba todo. Lo que has vivido está ahí y se te queda, porque ha sido importante para ti.
¿La planificación de la temporada que arranca ya en enero, en Brisbane, va a ser parecida o va a saltarse algún Masters 1.000? Por los años que lleva en el circuito, podría descartar tres sin penalización.
No es que no lo tenga decidido, porque tengo una idea totalmente definida, pero el calendario lo marcarán los resultados. En 2017 he jugado 18 torneos, que no son muchos, pero he ganado muchos partidos. ¿Que se puede jugar menos? Sí. ¿Que es lógico? No. ¿Que a Federer le ha funcionado increíblemente bien? Sí. ¿Que no era lo lógico? No. La manera de resolver la temporada ha sido buena, porque para él ha sido lo correcto, pero lo lógico es que no lo hubiera sido.
¿Por qué?
Es muy fácil entrar en un bucle de desconfianza cuando uno juega tan poco, pero es que Federer no perdió dos partidos seguidos. No lo atribuyo a suerte, porque estuvo a un nivel fantástico, pero es tentarla más de la cuenta. Mi calendario en 2017 fue el correcto, solo jugando prácticamente lo obligatorio, salvo algún torneo escogido como preparación. Mi idea para 2018 es similar, y en algún momento dado, poder dejar algo más. Mi idea es dejar algo más, pero dependerá de los resultados.