Espanyol: de la crisis a la euforia
Se aventuraba en la noche pre-navideña de Cornellà una suerte de David contra Goliat. Un Espanyol en la primera y tormentosa crisis de Quique ante un Atlético imparable, el único capaz de merodear el liderato de LaLiga. Y fue David contra Goliat, en efecto, pero porque acabó como la historia bíblica. Con un gol de Sergio García en el tramo final que destierra la depresión perica de una tacada, convirtiendo en una euforia súbita lo que hace solo 12 días eran gritos desenfrenados de “Quique, vete ya”.
El otro David contra Goliat fue el determinante ‘clic’ del entrenador en la última semana: el avance de David López al mediocentro. Un simple movimiento de piezas, de ajedrez, que cambia la fisonomía de un equipo. El canterano ya no es la red última antes de Pau, pero sí la cuerda que sustenta casi todo lo demás. El primero en las ayudas, en las triangulaciones. Ahora, además, se incorpora al ataque, intercepta segundas jugadas y, sobre todo, ordena y manda. Se inyecta borbotones de fe el Espanyol, que acaba con la racha rojiblanca y abre el anhelo de una propia en un 2018 mucho mejor. Un regalazo de Navidad.