El Madrid se viste de luces para el estreno en el Mundial
Sólo Nacho puede colarse en el once de gala ante el Al Jazira. Ali Mabkhout (31 goles el curso pasado) y Romarinho, los peligros. Bale está recuperado y podría tener minutos al final.
El Mundial de Clubes viene a ser el suave y celebrado descenso, camino de la meta, después de la durísima ascensión a la Champions (sigue en directo el partido en As.com). Una paga de Navidad para el campeón de Europa que no siempre cobra. Desde que se instauró el actual formato, en el año 2000, cuatro clubes brasileños lo han conquistado, aunque sólo uno, el Corinthians en 2012, lo ha hecho después de las tres primeras ediciones. En el camino del Madrid estará el Gremio, también brasileño, pero antes le llega un puerto de tercera, el Al Jazira. También lo era el Kashima japonés el año pasado y le llevó a la prórroga.
El Al Jazira, presidido por el jeque Mansour Bin Zayed Al Nahyan, hermano de padre del presidente de los Emiratos Árabes Unidos, dueño del Manchester City, diestro jinete y propietario del yate más lujoso del mundo, siempre se ha mostrado menos permeable a los fichajes de extranjeros que el resto de equipos del Golfo. Este verano incorporó a dos, el uzbeko Rashidov y el brasileño Romarinho. Este y Ali Mabkhout, autor de 87 goles en el Al Jazira (31 la temporada pasada) encierran gran parte del moderado peligro del equipo.
Romarinho, ‘O Iluminado’, ya ganó una Libertadores con Corinthians, marcando un gol en La Bombonera, y el Mundialito ya relatado de 2012, en el que fue suplente. Después de cuatro años en el fútbol qatarí, llegó este verano al Al Jazira. Hace menos de dos meses regresó para cobrar su finiquito y fue retenido en el aeropuerto de Doha, lo que provocó un nuevo conflicto en las ya difíciles relaciones diplomáticas entre los Emiratos Árabes y Qatar.
Ausente por lesión el exmadridista Lass Diarra, es el marroquí Boussoufa, canterano de Ajax y Chelsea y con una larga carrera en Bélgica y Rusia, quien ejerce de ayudante de campo. Porque el mariscal es Henk Ten Caté, aquel holandés que ejerció de segundo técnico y de poli malo en la era Rijkaard en el Barça. ‘El sargento’, le apodaban. La cara menos amable de un régimen amable, el que daba puñetazos en la mesa y afeaba delante del vestuario a Ronaldinho sus problemas de peso. En 2006 decidió volar solo, le fichó al Ajax y se vino abajo el tenderete de egos blaugranas. También él llevó a Luis Suárez al Ajax. Y, después de entrenar en ocho países, hizo campeón de Liga al Al Jazira la campaña pasada, con sólo dos derrotas. En la Champions fue otra cosa: ni un triunfo en la fase de grupos.
Un equipo apañado, agrandado por su carácter de anfitrión, pero lejísimos de un Madrid en rehabilitación, con todos los indicadores en positivo: goleada al Sevilla, recuperación anotadora de Cristiano, salida del túnel de Modric y Kroos, plan B al alza. Y, además, por primera vez en meses, con la plantilla al completo. Eso permitirá a Zidane alinear el once de gala y disponer de artillería en el banquillo, Bale incluido. Carvajal, Sergio Ramos y Casemiro, que pararon el sábado por sanción, llegan frescos. También Isco, tercer goleador del equipo y máximo asistente, suplente ante el Sevilla. Y todo indica que Zidane no arriesgará esta tarde de salida con Varane y que jugará Nacho.
El pronóstico es de bombardeo, porque el Madrid dispara 19 veces por partido (sólo el Bayern le iguala en los grandes campeonatos de Europa), aunque el Al Jazira llega a esta semifinal sin encajar un gol. Es partido para coger carrerilla, pero en el que está muy penalizado meter la pata.
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