Mascherano quiere irse lo antes posible para el fútbol de China
El mercado en China se abre el 1 de enero pero no cierra hasta el 28 de febrero. El Barça podría pedirle que siguiese hasta que Umtiti se recuperase y fichase un central.
Javier Mascherano y el Barça han entrado en un conflicto de intereses. El argentino quiere marcharse a toda costa a China en este mercado de invierno (“uno no puede negar la realidad”). El club, mientras, ha recibido la noticia en el peor momento. Con Umtiti lesionado para las próximas ocho semanas, la sospecha de que Vermaelen no aguantará y ninguna solución en el filial, donde David Costas aún no ofrece las garantías suficientes, desprenderse del argentino, fiable siempre que juega, sería un suicidio en el momento más cargado de partidos en la temporada.
Las fechas del mercado de la Superliga china permiten, sin embargo, una tercera vía. Abierta desde el 1 de enero, la ventana de fichajes no cierra hasta el día 28 de febrero. En el Barcelona se ha puesto encima de la mesa la opción de retener a Mascherano hasta que Umtiti se recupere a final de enero para, entonces, desbloquear su salida destino China, donde Paulo Sousa lo pretende en el Tianjin Quanjian. De esta manera, la situación sería menos dramática para el club azulgrana, que podría buscar con más tranquilidad un recambio (obligatorio) durante ese mismo mes de enero.
Además, en las oficinas de Can Barça son conscientes de que la situación de Mascherano, aunque está determinada por la obsesión del mediocentro en jugar el Mundial de Rusia, podría repetirse a final de curso. Ahogado por una presión salarial desorbitada por la renovación de Messi, la salida de Mascherano, que tiene un sueldo estimado de 5,5 millones de euros netos después de su última ampliación hasta 2019. Si el adiós de Mascherano viene acompañado con el de Arda Turan, el Barça liberará un porcentaje significativo de la masa salarial. Las ganas de salir de Mascherano podrían no ser las mismas después del Mundial y el Barça no podría desprenderse de un sueldo alto en un jugador con 33 años.
El obstáculo de esta tercera vía es que la intención de Mascherano es marcharse cuanto antes para adaptarse a los horarios y las peculiaridades del fútbol chino. Sabe por compañeros como Tévez o Lavezzi que han pasado por allí que todo lo que le rodea le va a impactar. Además, y pese a ser una liga que suena exótica, los propietarios suelen ser bastante inflexibles y exigen estar desde el primer día de trabajo con el grupo. La patata caliente ahora es para el Barça. Mascherano tiene una cláusula de 100 millones de euros. Bartomeu habló de una solución humana. Tal vez esta tercera vía sea la más cercana.
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