Caracol Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Cristiano frente a Messi: del 1-4 al 5-5

Me admira lo de Cristiano Ronaldo, su tarea titánica. Ganó su primer Balón de Oro hace diez años. Ya entonces Messi, un chavalín, fue el segundo. Su talento descomunal le auguraba un dominio neto. De hecho, ganó los cuatro siguientes, del tirón. En tres de ellos, Cristiano Ronaldo alcanzó a ser segundo, en el otro escoltaron a Messi en el podio Iniesta y Xavi, aquel año en el que España ganó el Mundial. Pero Cristiano no cejó. Ni Messi ni el ‘sursum corda’. Apretó y con su insistencia le ha ganado cuatro de los cinco últimos. El saldo a día de hoy es de empate a cinco. Le ha mantenido el pulso a Messi, ese Mozart del fútbol.

Ya sé que hay gente que discute estas elecciones. Hay hasta quien las ve inútiles, absurdas. El fútbol es un deporte de equipo, dicen y es verdad. Pero desde el colegio sabemos que al echar a pies hay uno al que se elige antes de los otros. Y luego, cuando el juego llega a su etapa de industria del espectáculo, los hay que ayudan a ganar más partidos, que llevan más gente al campo, que venden más camisetas. Todos son iguales, sí, pero unos más iguales que otros, y hay uno que sólo es igual a sí mismo. En un tiempo ese fue Di Stéfano, luego Pelé, Cruyff, Maradona... ¿Y ahora quién? Ahora hay uno al que eligió Dios y otro que lo discute.

Ese que lo discute es Cristiano, que desde su físico, su trabajo y su insistencia decidió desafiar el trazo del Destino. Viendo a uno y otro, me admiro de que se propusiera tal cosa y me admiro más de que lo vaya consiguiendo. Éste es el día en el que ha reunido otra vez el The Best y el Balón de Oro. Es campeón de Europa vigente con Portugal y con el Real Madrid. Camino de los 33 años, sigue desafiando a ese concentrado excepcional de talento futbolístico que es Messi, capaz de interpretar el juego y manejar el balón como nadie pudo imaginar antes de verle. Bueno, pues Cristiano le ha aguantado el pulso. Me parece algo colosal.