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A Cristiano le esperan en la Torre Eiffel

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La noche madridista empezó en alto y acabó en alto, pero por en medio tuvo un valle peligroso. Un valle en el que empató el Borussia y, aún peor, se lesionó Varane. ¿Por qué jugó? No es hablar a toro pasado, lo comentamos en Carrusel al saberse la alineación. ¿Por qué no Achraf, y Nacho de central? Ante el Sevilla faltarán seguro Carvajal, Sergio y Casemiro, y posiblemente Vallejo, entre algodones. ¿Por qué exponer a Varane, otro jugador frágil, en un partido en el que no iba en juego más que la honrilla? Como los duendes del fútbol son así, se tuvo que ir con molestias musculares. El boquete atrás ante el Sevilla va a ser tremendo. ¡Ay, Pepe!

Por lo menos el Madrid ganó, aunque aquí sí que cabe lo de victoria pírrica, que no significa mínima, sino con un costo excesivo para lo logrado. Ya saben, viene de Pirro, general de la Antigüedad que en cada batalla ganada perdía medio ejército, y ganando y ganando batallas perdió la guerra. Pero con o sin pérdidas, mejor ganar y el Madrid ganó. Ganó el partido y recuperó sensaciones al final, con los chavales sobre el campo. Últimamente se les veía desencantados. Ayer, Asensio y Ceballos activaron el partido cuando el Madrid caía en depresión. Antes había marcado Borja Mayoral. A ver si poco a poco convencen a Zidane...

El otro gol lo marcó Cristiano, precioso. En la Champions sí le entran, lleva nueve en seis partidos, ha sido el primero en marcar en todos los de una fase previa. Pero aún le parecen pocos, y se desesperó en varios que rozó y otro que le anularon. Hoy le veremos más relajado. Se ha filtrado (en realidad era un secreto de Polichinela), que le dan el Balón de Oro. Irá a París, a la Torre Eiffel. Será su empate a cinco con Messi, una tarea de coloso, si pensamos que venía de perder 4-1 y que Messi es Messi. En febrero cumplirá los 33, pero mantiene la ambición de un juvenil. El Madrid vive de sus goles y el madridismo mira feliz sus logros.