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Peter Lim ya tiene quién le escriba

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El Editorial que el Valencia CF publica en su página web es inversamente proporcional a la humildad con la que el equipo se ha colocado segundo en la clasificación. A dos días vista de la Junta de Accionistas, la primera desde el relevo en la presidencia de Layhoon Chan por Anil Murthy, en un escrito que explica por sí mismo para qué y por qué se hizo el cambio, el club sale en defensa de la gestión y el papel de Meriton Holdings en la entidad de Mestalla desde su llegada en 2014.

El club refuerza a su manera la figura de Lim con un primer artículo de lo que avisa será un serial, un texto promovido que acaparará durante unos días la atención mediática y social, eclipsando desde dentro el buen momento del equipo, y que por las formas utilizadas puede volverse en contra si los resultados cambian de signo.

Lo hace, la defensa de Lim, sin hacer autocrítica por las dos últimas temporadas; sin valorar ni exponer un solo error propio, sin enumerar las decisiones deportivas que desembocaron en un Valencia inestable, sin rumbo y 12º en la clasificación.  El ‘Editorial’, por el contrario, viene a señalar como culpables de esa situación a los que define como “falsos aficionados” que, entre otras cosas, “sabotearon la atmósfera en el vestuario”, recordando, por ejemplo, el ataque al autobús del equipo sufrido en Paterna tras una derrota en San Sebastián, si bien, ni una palabra al fichaje, entre otros, de Gary Neville.  

El Valencia CF, en su propia web, critica abierta y públicamente a “gestiones anteriores”. No da nombres en sus reproches, por lo que en verdad podrían sentirse señalados desde Juan Soler hasta Amadeo Salvo. El club, la propiedad, no se anda en su escrito con eufemismos ni opta por lo políticamente correcto. En temas como las obras paralizadas en el estadio, la deuda, Porxinos… los hechos amparan su crítica. Es la llamada por otros ‘herencia recibida’, aunque han pasado tres años desde la llegada de Peter Lim y sigue sin haberse presentado ninguna ‘Acción de Responsabilidad Social’ contra nadie, hecho que daría credibilidad a tales criticas escritas y que esperan desde hace años muchos aficionados de esa “mayoría silenciosa” de la que habla el Editorial y también otros que son más ruidosos.

El artículo tiene el sello de Anil Murthy y Kim Koh, aunque su denominación de origen es de Singapur. Se publica cuando el Valencia de Marcelino va segundo en la clasificación. Por ello muchos aficionados, como se puede comprobar en las redes sociales, lo catalogan de “oportunista”. Desde el club se matiza que se ha elegido esta semana porque no hay partido hasta dentro de 10 días, aunque es evidente que también hubo parones el curso pasado y nadie en el club dijo ni ‘mú’.

Cierto es que de Peter Lim por Valencia solo se acuerda la gente cuando las cosas van mal dadas, épocas en las que todo sea dicho tampoco él apareció por Mestalla, o cuando se acerca un periodo de fichajes y se le exige que se rasque el bolsillo para reforzar al equipo. Lim fichó a Gary Neville pero también a Mateo Alemany y Marcelino, a quienes les está dejando hacer, lo que lleva implícito el reconomimiento por parte del dueño de sus errores cometidos. Es verdad también que Peter Lim hizo en su momento una inversión de 200 millones en el Valencia que ningún empresario valenciano quiso hacer. Solo Juan Soler unos años antes y por menor cuantía, aunque mejor se hubiera quedado en casa. El Valencia es una entidad de tanto calibre en la ciudad y en la Comunitat Valenciana que seguramente los haya a los que les chirríe que esté en manos de un señor de Singapur. Pero que los hubieran puesto.  

El Valencia, volviendo al fondo del Editorial, escribe las bondades de Lim porque entiende el club que Lim no tiene quién le escriba. Pero no hay mejor respaldo para una gestión en un club de fútbol que los resultados que está sacando el Valencia de Marcelino. También lo sería reanudar algún día las obras del futuro Mestalla. 

Lo que es un error es separar entre aficionados ‘buenos y malos’ en plan genérico, como se hace en el Editorial y que tantos réplicas está generando en redes. Tal división entre verdaderos y falsos aficionados puede llevar a pensar entre quienes no tienen intereses algunos, que para el club, para la propiedad, uno es más o menos valencianista según su grado de crítica o elogio a Peter Lim. Y no, ser valencianista es otra cosa. Es algo que no tiene dueño.