El Manchester United se queda ocho puntos por debajo del imparable Manchester City tras caer 1-0 ante un renacido Chelsea. El equipo de Antonio Conte llegaba al partido tras tocar el suelo en Roma (3-0) pero se rearmó para enseñar a la afición de Stamford Bridge que el campeón de la pasada Premier League todavía no está acabado. Álvaro Morata marcó el golazo decisivo a pase de Azpilicueta pero fue Kante el futbolista que cambió la cara de su equipo. El diminuto centrocampista francés volvió al once tras un mes lesionado y el 3-5-2 de Conte que se arrastró por Italia volvió a parecerse a un reloj suizo. El Chelsea recuperó desde el calentamiento el rigor con el que gobernó la pasada Premier League y con el que no hace tanto (antes de la lesión de Kante) se exhibió en el nuevo Wanda Metropolitano. La defensa de tres centrales apenas dejó respirar a Lukaku. Los carrileros se mataron a correr por las bandas y Cesc Fabregas se recreó en el tres cuartos del campo sabiendo que siempre iba a tener a alguien por detrás cubriéndole la espalda. Las piezas volvieron a encajar y todo parecía dispuesto para que Hazard y Morata marcaran la diferencia en el ataque. La realidad no fue tan sencilla como parecía sobre el papel. El United también jugaba y salió a Stamford Bridge con los colmillos afilados después de ver ganar al City ante el Arsenal. Se esperaba que Jose Mourinho colocara el autobús pero salió al campo dispuesto a tutear a los locales. El empate podía valer en otras ocasiones pero no esta temporada en la que el City amenaza con llegar a la Navidad con el título en el zurrón. Mourinho puso dos perros de presa (Ander Herrera y Bailly) sobre Hazard pero dejó que el resto de sus futbolistas disfrutaran. La afición también lo hizo con una primera media hora digna de dos equipos que no hace tanto luchaban codo a codo por el título. Bakayoko abrió la veda con la primera ocasión del partido y a partir de entonces se sucedió el tiroteo. Phil Jones se metió en propia puerta un golazo pero el arbitró anuló lo anuó al entender que hubo un empujón previo de Morata. El Chelsea estaba todavía quejándose cuando Lukaku obligó a Courtois a hacer una gran estirada con una rosca envenenada desde la frontal del área. Rashford también la tuvo en un cabezazo desviado y el gol se mascaba. El equipo local iba poco a poco inclinando la balanza a su favor y en esas llegó la mejor oportunidad de la primera mitad. De Gea se disfrazó de santo para despejar un disparo de Hazard pero Cesc estuvo a punto de mandarla a la red de cabeza en el rechazo. Ni una ni otra y al final el partido llegó al descanso con un entretenido 0-0. El equipo de Conte volvió a la carga en el inicio de la segunda mitad para intentar traducir su ligero dominio al marcador. El United se empeñaba en lo contrario pero pronto tuvo que rendirse a la evidencia. Hazard mandó el primer aviso y Morata decidió en el minuto 55. Azpilicueta sacó una banana genial desde el medio del campo y el delantero español se elevó a los cielos para hacer el 1-0 con un cabezazo imparable para De Gea. Mourinho reaccionó de inmediato desde el banquillo para intentar la remontada. Martial sustituyó a Mkhitaryan para meter velocidad en el ataque y Fellaini entró por Jones en busca de dar la vuelta al partido con su poderío en el juego aéreo. El United se volcó entonces en el área rival y el Chelsea se encomendó a la defensa que le hizo campeón el pasado año para ganar el partido. Fellaini y Rashford se toparon con el muro Blue mientras Morata desperdició al otro lado un contragolpe para matar el partido. El equipo de Mourinho volvió a intentarlo hasta el final pero fue imposible. El City ya está a ocho puntos por encima mientras que los Blues les pisan ahora los talones.