Cavendish se resarce de 2017 ante 200.000 fieles japoneses

Como en las cuatro ediciones anteriores, los aficionados de Saitama abarrotaron las cunetas y las gradas de su critérium. “Parece julio y el Tour”, se sorprendieron algunos debutantes en la cita. Según las cuentas de la organización, unos 200.000 espectadores presenciaron el triunfo de Mark Cavendish. No faltó de nada: una zona especial habilitada para degustaciones, venta de productos ciclistas, gente disfrazada, El Diablo, pantallas gigantes a lo largo del circuito y buen clima. “Se trata de que celebremos el final de la temporada con un ambiente festivo”, decía Chris Froome, la estrella indiscutible para los fans.

Las carreras se dividieron en tres fases. En el sprint, Marcel Kittel batió a Cavendish en la final tras cuatro mangas clasificatorias. En la contrarreloj por equipos, el Utsunomia Blitzen local superó al Sunweb. También hubo cronos individuales para las categorías paralímpica, júnior masculina y absoluta femenina. ASO intenta diversificar para promocionar su deporte de jóvenes a mayores. “Creemos firmemente en el desarrollo del ciclismo en Asia. Cada vez existen más equipos, más pruebas y vemos más calidad en sus corredores. Pronto podríamos disfrutar de más Beppu (Trek) o Arashiro (Bahrain)”, confirmaba el presidente de ASO, Jean-Etienne Amaury.

Los 58,9 kilómetros del evento principal depararon una victoria de Mark Cavendish. Quizá una compensación del Tour por su mal 2017 y tener que abandonar lesionado en la cuarta etapa, después de la controvertida maniobra protagonizada con Peter Sagan. Froome, Barguil, Van Avermaet, Urán y Arashiro lucieron palmito, y dos japoneses acompañaron a Cavendish en el podio: segundo concluyó Beppu y tercero, Yusuke Hatanaka. Todos contentos… y a descansar hasta que llegue 2018, cuando regresará la competición de verdad.