Declaración del dueño provoca una insurgencia en los Texans
Varios jugadores de los Texans abandonan la práctica después de que el dueño comparara a los jugadores con reclusos.
En la actual situación política que envuelve a la NFL no hay lugar para las malas comparaciones. El dueño de los Houston Texans, Bob McNair, lo aprendió el viernes de la peor manera posible.Alrededor de 10 jugadores abandonaron la práctica del equipo y solo el personal de coaches que encabeza Bill O’Brien evitó un motín generalizado después de que ESPN The Magazine diera a conocer un reporte en el que McNair comparó a los jugadores con reclusos.
“No podemos tener a los reclusos dirigiendo la prisión”, habría dicho McNair durante una reunión de dueños la semana pasada, al hablar sobre las protestas de varios jugadores durante el himno nacional.Resulta que sí se puede, Bob. Que los “reclusos” pueden y están al frente de la prisión. Así lo dejó en claro un grupo de jugadores que simplemente abandonó las instalaciones de los Texans y dejó en duda su participación para el duelo del domingo en Seattle.
La situación deportiva en Houston es grave, especialmente al considerar que entre el grupo disidente se encuentra el estelar receptor DeAndre Hopkins, el jugador mejor pagado del equipo y la principal arma de la ofensiva.La situación extradeportiva no es menos delicada.
“Cuando ocurrió, pasan por tu mente mil emociones”, dijo el tacle Duane Brown. “Obviamente, una de ellas es dejar de inmediato las instalaciones. Pero decidimos venir a trabajar. La situación no ha terminado. Es algo de lo que volveremos a hablar”.
Polémicas de esa magnitud no se disipan con el paso de los días ni se barren debajo de la alfombra. McNair no tuvo más opción que emitir una disculpa pública.
“Lamento haber usado esa expresión”, dijo McNair. “Nunca tuve la intención de ofender a nadie ni me refería a nuestros jugadores. Fue una expresión que nunca debió usarse de manera literal y me disculpo con todos los que resultaron ofendidos”.
Pero, con toda seguridad, esa disculpa cae en saco roto. Las palabras de arrepentimiento del dueño no hacen mucho por calmar una delicada situación que cuenta con el potencial de ser una nueva piedra en el zapato para las oficinas de Roger Goodell y le proporciona un arsenal de argumentos a la Asociación de Jugadores para la negociación del próximo contrato colectivo..Brown lo explica mejor.
“No puedo decir que me sorprende. Estoy seguro que hay muchos dueños que piensan igual”, declaró Brown. “Creo que es ignorante y vergonzoso”.