Curry tiró su bucal... ¿a un árbitro?: "Puso en peligro a miles de personas"
Como ya hiciera en las Finales 2016, el base de Golden State volvió a lanzar su bucal. Niega que se lo tirara al árbitro. Kerr, irónico al respecto.
Más allá de la victoria de los Grizzlies, la noticia en Memphis fueron las expulsiones de Stephen Curry y Kevin Durant. La primera desencadenó la segunda. El alero protestó la decisión de los colegiados, quienes enviaron de inmediato al base al vestuario tras ver cómo este lanzaba su bucal hacia la zona en la que se encontraba el árbitro Scott Wall. Fue la manera con la que Curry, quien había tenido problemas de faltas durante toda la noche (le señalaron la cuarta minutos antes del descanso) expresó su frustración al considerar que debía haberle señalado una falta a su defensor cuando anotaba una bandeja a 43 segundos para la conclusión. No hubo 2+1, así que se sacó de la boca el protector y lo lanzó hacia la zona en la que justo se encontraba el colegiado. "Me calenté e hice algo estúpido. Me merecía ser expulsado y eso es lo que sucedió. Aunque si hubiese querido tirarle a él el bucal y golpearle lo habría hecho. Tengo bastante buena puntería", explicó el dos veces MVP. "No hay ninguna excusa, debo recordar para quien estoy jugando" expresaría después en su cuenta de Twitter.
No es la primera vez que le vemos protagonizar una acción parecida. En el sexto partido de las Finales 2016 disputado en Cleveland, Curry también expresó su malestar con los árbitros, quienes le acaban de señalar la sexta personal, lanzando contra la grada su bucal en el último cuarto. El protector golpeó a un aficionado, aunque el jugador acudió de inmediato a disculparse. No fue sancionado (sí multado con 25.000 dólares) y pudo disputar un séptimo partido en el Oracle que acabó coronando a los Cavaliers tras remontar un 3-1 en la serie.
Dado que hay precedentes y que en esta ocasión es un árbitro el hipotético agredido, la NBA podría actuar e imponerle algún tipo de sanción a Steph. "Estaba muy frustado. Todos lo estábamos. Tuvimos una mala noche", comentaría su entrenador Steve Kerr al respecto. "Lo que hizo es expulsión inmediata", prosiguió. Aunque, no obstante, se mostró irónico a la hora de comentar las posibles consecuencias que este acto pueda ocasionar: "Merecería ser sancionado ocho o diez partidos por ello. Fue indignante, un gesto horrible. Puso en peligro a miles de personas en la grada. Estáis preguntando al tipo equivocado. Hay gente en la Liga capaz de decidir qué hacer".