Ser cabeza de serie es vital: sólo un campeón no lo fue
Solo la Argentina de Maradona consiguió hacerse con el título sin ser cabeza de serie. La Holanda de Cruyff también fue finalista en el 74.
La FIFA introdujo los cabezas de serie en los sorteos de las fases de grupos de los Mundiales en 1974. El sistema no era exactamente como el actual y ha ido evolucionando a lo largo de los años, pero desde entonces, en los 11 Mundiales disputados, siempre se ha dado una constante: los finalistas (y por tanto el campeón) eran cabezas de serie. Con dos excepciones: 1974 y 1986.
En el primero de los casos fue la Holanda de Cruyff la que rompió los pronósticos llegando a la final del Mundial en Alemania, en la que cayeron ante el anfitrión, que, como tal, sí figuraba entre los cabezas de serie. El segundo caso es el de la Argentina de Maradona en 1986, que no solo logró llegar a la final, sino que además alzó el título en el Azteca de México ante Alemania sin estar en el grupo de 'teóricos favoritos'.
España intentará mañana lograr ante Israel una victoria que le aúpe hasta la séptima plaza del ránking de la FIFA (actualmente ocupa el undécimo) que cierra el cupo de cabezas de serie para Rusia. La Roja no depende de sí misma. Debe ganar y esperar otros resultados.
La FIFA introdujo la figura de los cabezas de serie en 1974. Hasta entonces los grupos estaban divididos por zonas geográficas, tal y como sigue ocurriendo en la actualidad con el resto de bombos. En aquella primera ocasión, y hasta Estados Unidos 1994 el criterio para elegir los cabezas de serie era su posición en el anterior Mundial (además del anfitrión). Fue a partir del 94 cuando el ránking mundial creado poco antes entró en juego. En esa ocasión España tampoco estuvo entre las mejor clasificadas, pero desde Francia 1998 la Selección de España ha llegado siempre a la gran cita del fútbol en el grupo de los cabezas de serie.
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