El nuevo diagnóstico de Bale
En el nuevo comunicado médico del Real Madrid nos dicen que Bale tiene un edema en el sóleo, sin rotura fibrilar. Eso significa, en términos médicos, que el jugador tiene una lesión muscular de grado I o elongación muscular, donde el músculo ha sufrido un gran estiramiento, hasta los límites fisiológicos, sin producir daño anatómico visible, produciendo una microrrotura fibrilar responsable de las imágenes de edema que aparecen en las pruebas diagnósticas realizadas. Es decir, un capítulo más en las lesiones musculares que el jugador ha tenido desde que está en el club blanco.
En condiciones normales serían unos diez días de baja, hasta su próximo partido. Sin embargo, en el caso de Bale, el pronóstico en cuanto a tiempo es siempre una incógnita, ya que la evolución de sus lesiones no se encuadra dentro del patrón normal de recuperación de las dolencias musculares, por la propia fisiopatología y biomecánica de su complejo anatómico. Su gran potencia y velocidad no responden a los moldes de fatiga y mecanismos de prevención de lesiones que establecen perfectamente los servicios médicos del Real Madrid, en lo que son auténticos expertos.