William Arboleda: "Me da pena salir a la calle"
Santa Fe - América en vivo online: Liga Águila
William Francisco Luis Arboleda Perea (Buenaventura, 8 de junio de 1990), por momentos ingresa animoso a la cancha, ilusiona a los aficionados, y progresivamente se va disminuyendo mentalmente, dimite a la responsabilidad, hasta que de él solo se observa su ensortijada cabellera. De tono bajo y frágil contextura¸ ha jugado 20 partidos en el año como titular (27 en total), aunque no ha pasado de ser un actor de reparto.
Tiene técnica, carece de emoción para entrar el calor en los partidos de alta exigencia, como son los rutinarios del América en la actual sofocante situación, por estar en zona de descenso. Arboleda recuerda que en una oportunidad, colmaron su paciencia y tiempo después cobró venganza. “Una vez, Gerardo Bedoya me escupió la cara, yo jugaba en Medellín y él con Santa Fe. Fue en el Atanasio, me cometieron una falta, me paré y él me escupió. Luego, Carlos Bejarano (entonces arquero del DIM) lo esperó en el túnel (a Bedoya) como para crear problema. Quedé con rabia. Después, cuando él jugaba en Fortaleza, me lo encontré en un partido amistoso, y le pegué sin el balón; él me dijo, ‘ya sé porqué me pegaste’ y me ofreció disculpas”, reveló el jugador del América.
La pelota que le filtra a Santiago Silva frente al Once Caldas: “Son circunstancias del juego, nadie va a querer fallar un gol. Fue un pase bueno y la diagonal de él fue perfecta. Fuera hecho el gol, la historia sería diferente”.
¿Qué le dicen los compañeros de otros equipos del momento del América? “Nos alientan. Nos dicen que el equipo que tenemos no es para estar en la situación que estamos. Los compañeros no quieren que el América regrese a la B. Tenemos que creérnoslo nosotros”.
¿Si creyera más en usted, daría mucho más? “Yo creo en mí, pero nos falta convencernos de que podemos dar mucho más, que somos lo máximo. La mente aquí va a ser muy importante”.
¿Hay momentos en los que mentalmente se ausenta de los partidos? “Uno como jugador en ocasiones es muy distraído. Cuando pierde una pelota o la para mal, comienzan las cosas negativas, pero ahí es cuando hay que darle un giro. Tenemos que sobresalir al momento que vivimos. Tenemos que imaginarnos cosas lindas… que vamos a jugar bonito y a ganar los siete partidos que nos quedan. Eso ayuda a fortalecer la mente”.
¿Cree que le falta más temperamento en los partidos? “Me puede faltar más temple, pero siempre trato de hacer mi trabajo y creo que lo hago bien. A unos les gusta y a otros no. Soy un volante ofensivo, y no me pueden comparar con Diego Herner o con Elkin Blanco. El juego de ellos se ve más vistoso en estos momentos, por la necesidad que tenemos, que es de cortar o de pegar una patada y yo no estoy diseñado para eso. Tengo es que proponerme, meter más pelotas de gol”.
¿De las camisetas que ha tenido, la del América es la que más peso le ha generado? “Se siente mucho esta camiseta, es fuerte, muy fuerte. Nosotros estamos jugando en una posición muy incómoda; estuviéramos en otra posición, sería algo extraordinario. Pese a eso, uno aquí vive muy contento. En otras condiciones se podría ir al cine o a disfrutar a un restaurante, lo cual no hago. La verdad, me da pena salir a la calle, porque todo mundo pregunta, qué pasa con América, y uno no sabe qué responder, o puede responder feo. Medellín también tiene una hinchada muy apasionada, pero aquí es cosa verraca”.
¿Qué hace en su casa, cuando se queda ‘guardado’? “Veo muchas películas. Ahora permanezco jugando Play Station con un primo. Salgo a la calle por cosas extremas, pero me da pena salir (…) Vivo con mi mamá, siempre me la he llevado a donde he jugado. Mi padre es profesor de la universidad del Pacífico en Buenaventura, es sociólogo”.
¿Se siente mejor más cerca del área? “Siempre he sido un jugador ofensivo y allí me siento mejor. Allí, frente a los centrales de los otros equipos, se pueden tomar decisiones más acertadas”.
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