Zidane engancha a los más jóvenes
No es fácil para Zidane establecer las prioridades del equipo en este imprevisto comienzo de temporada. No es lo mismo perseguir al Barça que perseguirle con siete puntos de diferencia. Y no es lo mismo mover el banco en las dinámicas ganadoras, como ocurrió en la temporada anterior, que hacerlo en una situación de incertidumbre. A las numerosas lesiones que aquejan al equipo, el Madrid ha añadido sus decepcionantes resultados en el Bernabéu: una derrota y dos empates. Lejos de arrancar con una estampida, el Madrid se encuentra en una posición inversa a la esperada. Son estos momentos los que miden las convicciones de los entrenadores. En Vitoria, frente al Alavés, Zidane no tuvo dudas: lanzó a los más jóvenes sin flotador. Y todos funcionaron.
El Madrid no se podía permitir una nueva concesión. Contra los pronósticos del verano, el Barça mantiene la capacidad competitiva que le ha caracterizado en los últimos años. Ha golpeado pronto en la Liga y ha golpeado fuerte. Al Madrid le toca seguirlo, cuando se pronosticaba lo contrario. En una rivalidad que traspasa las crisis de un equipo a otro con una velocidad de vértigo, el Madrid se encuentra en la incómoda posición de responder a los interrogantes que parecían destinados al Barça.
Aunque el Madrid tiene por delante el exigente partido de Dortmund y se encuentra asediado por las lesiones, Zidane estaba en disposición de alinear a gente como Bale y Modric para asegurarse el mayor margen de fiabilidad en un duelo que no podía perder, ni empatar. Sin embargo, eligió la versión más joven, más nacional y menos examinada de la plantilla. Siete de los 11 titulares eran españoles: Carvajal, Sergio, Nacho, Lucas Vázquez, Isco, Ceballos y Asensio. Era una alineación inédita para un partido crucial.
Se puede interpretar como un equipo obligado por las circunstancias, pero también como una apuesta total de Zidane. En un momento de cierta gravedad mostró una confianza absoluta en los más jóvenes y en la nueva línea propuesta por el club, ahora abastecido por varios de los mejores jóvenes españoles. En Anoeta, Zidane alineó a Mayoral, que marcó un gol y fue decisivo en otro. En Mendizorroza, Ceballos jugó su primer partido como titular. Su respuesta fue impecable. Anotó los dos goles del Madrid y pareció que llevaba una eternidad en el equipo.
Zidane no especula con los jóvenes. A estas alturas, Theo, Ceballos, Mayoral y Marcos Llorente han dispuesto de más minutos de lo que se suponía. Atraviesan el mismo proceso que Asensio en la última temporada. Están probados, han jugado encuentros importantes y lo han hecho sin salvavidas, en las típicas circunstancias que miden la calidad de los jugadores jóvenes y, sobre todo, su entereza.
Todo indica que el Madrid ha acertado con esta generación juvenil, y lo mejor es que se ha sabido pronto. Zidane les ha ofrecido las oportunidades que durante años parecían impensables en el Real Madrid. En Mendizorroza, el equipo nunca estuvo a salvo de la contrariedad. Recibió el empate y respondió con firmeza, pero hasta el último instante se sintió en peligro. Nunca logró colocar la diferencia que merecía.
Fue un duelo especialmente educativo para los más jóvenes y muy significativo para Zidane. No se apartó del plan en ningún momento. El resultado señalaba la importancia de los cambios. Zidane no cedió. Ingresaron Marcos Llorente y Mayoral. Modric y Bale siguieron en el banco hasta el final. El mensaje del técnico fue clamoroso y valiente. Se encontró con la impecable respuesta del equipo. El Madrid hará camino con esta generación.