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New England Patriots

El hundimiento de la temporada perfecta de los Patriots

La derrota del equipo de New England en el primer partido de la temporada regular de la NFL 2017 nos devuelve a la realidad de este deporte.

Actualizado a
FOXBORO, MA - SEPTEMBER 07: Tom Brady #12 of the New England Patriots reacts on the bench during the second half against the Kansas City Chiefs at Gillette Stadium on September 7, 2017 in Foxboro, Massachusetts.   Maddie Meyer/Getty Images/AFP
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Maddie MeyerAFP

No se puede empezar una temporada de la NFL pensando en que se va a poder presenciar una temporada perfecta. Es insano. Es banal. Es, por encima de todo, irreal. Porque en esta liga la igualdad es la máxima, así como en este deporte todo puede suceder por un mal bote del balón, por un mal fumble que no se puede recuperar, y eso hace que incluso los mejores equipos, los máximos favoritos, puedan perder un partido aquí o allá.

Incluidos los New England Patriots, sí.

Anda la liga medio en estado de shock tras el primer partido del año porque los prohibitivos favoritos para todo el mundo, y no estoy generalizando sino que digo que son los favoritos para todo el mundo, perdieron ante los Kansas City Chiefs en la inauguración del curso.

Es lógico el impacto. Los campeones abrían fuego en su casa ante un rival que, en los últimos años, han dominado con cierta suficiencia, como un hermano pequeño que siempre está ahí dando la lata pero, a la hora de la verdad, se queda en su habitación sin molestar. Y lo hacían con el fervor de su público, ese que ha convertido a Fóxboro poco menos que en inexpugnable en los últimos tres lustros ya largos. Una derrota en esas circunstancias siempre sería impactante.

Además, hay que añadir el resultado, de 42 a 27 a favor de los Chiefs, y las yardas concedidas, 537, las máximas que nunca ha visto en contra un equipo de Bill Belichick. Eso es una paliza y, como tal, añade gasolina al fuego de la sorpresa.

Y, sin embargo, lo que más parece asombrar es que los New england Patriots hayan perdido una temporada perfecta en la semana uno. Y eso es lo que resulta chocante, porque nadie podría pretender ponerles ese reto delante y asumir que estaba siendo realista.

Ningún integrante de los Patriots, por supuesto, compró ese argumento antes de comenzar la temporada. Son ellos los únicos que en la historia moderna de la NFL, desde que los hicieran los Miami Dolphins en 1972, han rozado con la yema de los dedos el 19-0. Y saben bien lo que eso significa. Aquel mes de diciembre de 2007, cuando galopaban por la liga sin obstáculos, se les hizo eterno, con un sobreesfuerzo descomunal por concluir la temporada regular inmaculados. No sólo no fue fácil sino que estuvieron al borde de la derrota en varias ocasiones.

Como es lógico y normal.

Ayer los Patriots perdieron un partido. Y nada más. Sacar eso de quicio sólo puede tener relación con la idea utópica de que sólo Bill Belichick sabe entrenar, que Tom Brady es perfecto en cada segundo de su vida, y que todos los movimientos que hacen en New England son geniales. Son los mejores, sin duda, y siguen siendo los máximos favoritos para ganar la Super Bowl, por descontando, pero a lo largo del año tendrán días mejores y peores, tendrán lesiones (si Dont'a Hightower se pierde partidos, ojo, que será difícil de sustituir, como demostraron ayer los Chiefs, arrasando cuando él no estaba en el campo), tendrán que pelear como el resto de franquicias de una de las ligas más igualadas del planeta, sino la que más.

Quizás sea hasta una bendición perder de vista a los profetas de la utopía y centrarse en jugar, rival a rival, que es lo que de verdad se les da mejor que a nadie. Así que los New England Patriots han perdido su temporada perfecta, esa que no pidieron ni desearon pero que quisieron otorgarles como reto asumible (no lo es, para nadie) y, en el fondo, no han perdido más que un partido, como harán todo el resto de sus rivales en algún momento de la temporada.

Y que no se exagere más allá de eso. Todos recordamos aquel otro partido, de 2014 en concreto, en el que los New England Patriots fueron barridos del campo por los, mira tú, Kansas Cirty Chiefs en la semana cuatro de aquella temporada. Entonces se ponían 2-2 de récord y algún periodista quiso preguntarle a Belichick si el puesto de Tom Brady estaba en peligro. La respuesta, que podéis ver en el vídeo de este enlace, puede servir perfectamente hoy para ilustrar lo que piensa al respecto de perder la temporada perfecta.