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VUELTA A ESPAÑA 2017

Armée se lleva la etapa y Froome le saca 20'' más a Nibali

El español buscó la gesta en el Collado de la Hoz. El africano atacó en el último puerto y metió 20" al Tiburón. Armée, de 31 años, ganó la etapa.

Armée se lleva la etapa y Froome le saca 20'' más a Nibali
JOSE JORDANAFP

Alberto Contador probó otro imposible, impulsado por el recuerdo de aquella gesta de 2012, cuando dio un vuelco a la Vuelta a España con un ataque lejano en el Collado de la Hoz, un puerto inscrito en la gran historia del ciclismo para siempre. Contador señaló ese mismo punto en el libro de ruta de 2017. Ahí lo intentó con insistencia, varias veces...  No lo logró. El Sky quería este jueves ser el actor principal de la fiesta y no cedió su posición en el cartel. En la última subida, en Santo Toribio de Liébana, supimos por qué. Chris Froome pisó el acelerador y le metió 20 segundos a su gran rival, Vincenzo Nibali. Un desquite a lo campeón tras su crisis en Los Machucos. Hacía 10:08 minutos que un belga de 31 años con un palmarés irrelevante, Sander Armée, había logrado la victoria de su vida. Muy bien ganada, además. 

Contador lleva 18 días plenos de emociones, 18 etapas con las carreteras inundadas de pancartas en su honor, de gritos de ánimo y de súplicas: “No te retires”. Cada pedalada es un recuerdo. La ruta de este jueves le transportaba a una de sus mayores hazañas: su victoria en Fuente Dé, después de una ataque a 51 kilómetros en el Collado de la Hoz. La ofensiva fue tan inesperada que no existen ni imágenes de TVE. Esta vez no había factor sorpresa. Hasta en la salida le preguntaban: “¿Cuándo vas a atacar?”. Y lo hizo en ese puerto talismán, hasta siete veces intentó abrir hueco. De la Cruz salía tras él, también Superman López… Detrás, el rodillo Sky. Sin piedad ni nostalgias. El último arreón vino en el kilómetro final, que seleccionó a todos los gallos. Ahí ya se vio a Froome responder en persona.

Los ataques no fraguaron, pero se cargaron en las piernas. En unas más que en otras. Los 3,2 kilómetros al 6,4% de la subida final a Santo Toribio de Liébana no hubieran hecho normalmente daño. Pero los esfuerzos se pagan. Contador puso al frente al Stetina para plantear otra ofensiva, pero Moscon lo espantó de la cabeza. Fuera intrusos. Poels aumentó la marcha. El Sky en estado puro. Y Froome reventó los vatios. Sólo pudieron seguirle Contador (siempre Contador) y el mediofondista Woods. A cuatro segundos: Zakarin y Kelderman, que se agarra al podio. Hasta que no pasaron 21 segundos no apareció Nibali, que retroce a 1:37 en la general. Tras cruzar la meta, Contador y Froome se saludaron: “No te preocupes, que ya solo me quedan tres días para revolver el gallinero”.

La Vuelta ofreció un 2x1. Por el mismo precio. Por delante, una veintena de ciclistas en lucha por la etapa. Por detrás, los gallos de pelea por la general. Dos grupos dispuestos a interactuar entre ellos, si algún líder necesitaba frenar a uno de sus lanzadores. No se dio el caso. El único que podría haber apoyado a su jefe es Alexey Lutsenko cuando Fabio Aru abrió trecho en el Ozalba. Pero Lutsenko estaba demasiado lejos, demasiado centrado en el combate por una victoria que no llegó… Y tampoco parece que haya muy buen ambiente con Aru en el Astana. El sardo quiere marcharse al UAE Team, pero los kazajos no le abren la puerta. Únicamente Luis León le echó una mano cuando decidió buscar la gesta a más de 40. Luego cabalgó solo contra el pelotón, contra su equipo, contra Superman, contra el mundo… Su golpe de rabia se redujo a 12 segundos. Una renta escasa.

Lutsenko, vencedor en Alcossebre, tampoco ganó. Estuvo cerca, pero se le anticipó Sander Armée, un insistente participante en las aventuras de esta Vuelta. Este veterano de 31 años tiene un historial curioso, porque brilló como amateur en carreras profesionales en 2009, pero cuando pasó en 2010 al ciclismo de pago su progresión se frenó. Sólo ha ganado la Flecha de Heist, en 2015. Eso no quita ni un ápice de mérito a su victoria. Merecida.